La segundo teniente del Ejército Nacional, Zuleyca Ponciano fue asesinada la semana pasada supuestamente para despojarla de su arma de reglamento.  Dos días después Johnny Vásquez Tellerías, miembro del cuerpo de ayudantes militares, órgano encargado de la seguridad del Presidente Danilo Medina y su familia, fue apuñaleado, también supuestamente, para quitarle el arma que portaba.

La teniente Zuleyca Ponciano, era miembro del DNI, asignada a la seguridad de la familia presidencial, específicamente de la hija menor del Presidente de la República, dos hechos sangrientos que han provocado, con razón, ciertas suspicacias de parte de muchos ciudadanos que se han cuestionado, si estos dos casos, que tienen como protagonistas a gente de la seguridad del Mandatario de la nación y su familia, es pura coincidencia, o son mensajes peligrosos.

 Muchos han encontrado extraño como un tipo que estaba preso hace un par de semanas, salió libre, nada más y nada menos, que para matar a una escolta de la hija del Presidente Medina. Es cierto, que días después la ola de asesinatos a militares a continuado, pero, no es menos cierto, que también esta situación, pone a cualquiera a pensar mal y preguntarse de que se trata todo esto.

Mientras tanto, los atracos con armas de fuego a civiles ha continuado activamente, ya no sólo la ciudadanía indefensa que se ve abordada por agresivos delincuentes en lugares apartados, solitarios, ahora se producen por doquier, no importa el escenario, los actores delictivos continúan con sus fechorías.

Cada día que pasa, más gente narran sus experiencias traumáticas con asaltantes, situaciones difíciles de superar psicológicamente, no es nada agradable ni para hombres, mucho menos mujeres, esta situación daña mucho la imagen de nuestro país, a nivel nacional e internacional, una atmosfera de inseguridad se respira desde hace unos años, sin que hasta el momento, ninguna autoridad ha podido limpiar.