Más que un elemento para acomodarse, los cojines dan vida y distinción a la decoración. Ello se logra combinándolos adecuadamente con  los colores de los muebles o en  la cama. Los cojines pueden ser neutros, en colores sólidos o estampados en cuadriculados, con flores o de líneas.

En el dormitorio se usan del mismo color de las sábanas, pero lo recomendable es hacer combinaciones con otros tonos para romper con la monotonía en la decoración.

Este fin de año predominan el azul y el marrón, que han sido usados en la decoración de arbolitos, coronas y otros detalles. Por eso, para darle un toque especial a la decoración, las principales tiendas del país han introducido cojines en esos colores, con acentos en pedrería.

A la hora de  colocar cojines en cualquier rincón de la casa es importante   lograr  un contrastes en la composición, jugar con las tonalidades. Un sofá de color neutro luce muy bien con cojines en colores sólidos, amarillo, azul, o blanco, por ejemplo.

En un sofá con diferentes tonalidades es posible lograr este juego de contrastes poniendo cojines en un solo color en uno de los tonos del sofá y otros en cuadriculados, con todos o más de uno de los tonos del sofá.

Usos y estilos 

Los cojines se lucen en la sala y los dormitorios, en sillones, la cama o chaise longues. Los más utilizados son los pequeños y  cuadrados, pero actualmente hay toda una gama que rompe con esa tradición. Los hay en forma de sobre, caramelo, con bordados en hilos de oro, rectangulares, en forma de corazón, y tantos como la imaginación y la creatividad indiquen.

Igualmente, los cojines que decoran la sala no deben ser usados para recostarse o jugar  a la pelota de playa con ellos.

Es por eso que este elemento decorativo se recomienda para lucir en una casa muy bien decorada, pero no en una sala de estar, a menos que estén  adheridos a los muebles.

Si va a utilizar cojines  inspirados en la Navidad, tome en cuenta su decoración. En el mercado los hay con imágenes navideñas en diversos colores.