Colación reformista, ante insatisfacción  de ofertas electorales

Colación reformista, ante insatisfacción  de ofertas electorales

¿Qué explicación puede haber que más de la mitad de los ciudadanos “no han pensado mucho” en las elecciones, como revela la reciente encuesta Gallup,  a pesar de estar pautadas constitucionalmente, de encontrarse definidas las boletas del PRD y PLD y   de la indigesta provocada por costosos derroches publicitarios, proselitismos depredadores del ambiente y confrontaciones, como si las elecciones fueran mañana?

Nos lo explicamos en la insatisfacción ciudadana ante las ofertas vigentes generadora de inquietudes demandantes de nuevas ofertas.

Los rumores en los mentideros políticos avalan esta explicación: Se especulan fórmulas que involucran personeros ligados al PRDismo y para modificar su binomio. Se mantienen disquisiciones sobre predominio de figuras en el binomio PLDista y si es realidad o simulación el apoyo gubernamental. Una “cumbre alternativa” de partidos emergentes está siendo convocada en procura de candidatura común.

Esto significa que la ciudadanía no percibe como acabadas las ofertas vigentes a pesar de haberlas definido sus organizaciones en consonancia con sus disposiciones estatutarias, evidenciando que sus expectativas no han sido llenadas o que esperaba más de lo hasta ahora ofrecido; todo atribuible a la falta de discursos de contenido sustancial y coherente.

Por eso puede colarse el reformismo si es que llega a actuar en consonancia con lo expresado por el democristiano peruano Cornejo Chávez – “con  cabeza fría y corazón ardiendo”  – sumándole la socorrida expresión de poner “oídos atentos a la voz de la calle”.

Para colarse, el reformismo tiene sobrada experiencia. Su primer gran triunfo lo obtuvo en 1966 aprovechando las confrontaciones  escenificadas entre cívicos y PRDistas, liderados por Juan Bosch, que culminaron con los acontecimientos bélicos de 1965. Balaguer alentó estos acontecimientos desde el exilio; pero por el afán de protagonismo manifestado en pretensiones de ignorar y marginar sus aportaciones, de la misma forma que pretendió ignorarse la sustentación política de la revuelta en el “Pacto de Río Piedras” suscrito por el PRD y el socialcristianismo, optó por replegarse de estas confrontaciones para filtrarse por las brechas dejadas.

Pero para colarnos ahora, los reformistas debemos ofrecer más de lo ya ofrecido sin satisfacer la ciudadanía  por un PRD que no ha logrado superar su  estancamiento  y por un PLD temeroso de la disipación de la burbuja concitada por su candidatura vicepresidencial: Un discurso contentivo de elementos que portamos y testimoniamos con nuestras realizaciones, debidamente replanteados y recogidos en una candidatura presidencial propia.

El fin de año que estamos viviendo brinda la oportunidad para los preparativos de lugar con miras a iniciar el 2012 llenando el vacío de insatisfacciones causadas por las ofertas actuales. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas