El colágeno es la proteína más abundante del organismo. A medida que este envejece, la capacidad de sintetizar disminuye y, en determinadas situaciones (sobrepeso, excesiva actividad deportiva…), se acelera el desgaste.
Por eso se recomienda ingerirlo como complemento a la dieta y existen razones tanto de salud como de belleza para no posponerlo demasiado.
No es fácil absorberlo en las comidas. Los alimentos que contienen colágeno se suelen descartar o se consumen en poca cantidad piel y espinas de pescados, cartílagos en la carne, caldos, gelatinas…
De acuerdo a una publicación de Arkopharma, una empresa que distribuye suplementos a base de colágeno, se debe ingerir 10 gramos como la dosis diaria recomendada, dependiendo el tipo de colágeno.
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Se han descrito más de 20. Los más importantes son los tipos I y II.
“El colágeno tipo I se encuentra mayoritariamente en huesos, tendones, córnea, discos intervertebrales y piel”.
“El colágeno tipo II es el principal componente de los tejidos cartilaginosos, aunque también se encuentra en los discos intervertebrales y en diversas etapas embrionarias”, afirma la publicación de Arkopharma.
A partir de los 30 años se empieza a perder un 1,5% de colágeno por año de edad, por que se recomienda empezar a tomarlo ahí. A partir de los 40 que es cuando empieza el proceso de oxidación de nuestro cuerpo. Entonces lo considero imprescindible.
Hay múltiples estudios médicos publicados que demuestran la eficacia de los complementos de colágeno tomados por vía oral, no solo en la piel (que incluye cabello y uñas), y las articulaciones, sino también en ligamentos, humor vítreo, dientes y encías.
Es el pegamento del cuerpo y que proporcionará la fuerza, belleza y salud.