Colecciones, cómo iniciarlas y mantenerlas

Colecciones, cómo iniciarlas y mantenerlas

Si bien es cierto que coleccionista puede ser cualquiera, también lo es el hecho de que no todas las economías pueden permitirse la adquisición de determinadas piezas. La inversión más segura es, sin lugar a dudas, una pieza de valor reconocido y autor cotizado, pero el auténtico sabor del coleccionismo de antigüedades no termina ahí. El verdadero encanto de coleccionar objetos antiguos, sean o no sean valiosos, es el placer que produce tener una pieza de las que ya van quedando pocas. Este singular placer se hace mayor a medida que nuestra colección va creciendo a fuerza de buscar y rebuscar anticuarios y rastros de segunda mano.

[b]¿Cómo comenzar?[/b]

Es recomendable empezar por alguna pieza curiosa, que llame especialmente la atención o que simplemente parezca original. El precio lo pone usted.

Una antigua llave, una plancha de hierro, un viejo molinillo… todo vale. El más interesante será aquel que atraiga primero la vista. El hecho de aceptar el deseo irrefrenable de “necesitar tenerlo” es poner la primera piedra de una colección que irá creciendo poco a poco en calidad y en cantidad.

[b]¿Cómo seguir?[/b]

Hay muchas formas de mantener y ampliar una colección. Las más habituales son las subastas, las tiendas de antigüedades, las tiendas de segunda mano y las compras directas a particulares. El intercambio de piezas entre coleccionistas es otro punto a tener en cuenta.

Las nuevas tecnologías, e Internet concretamente, han facilitado la comunicación y el intercambio de piezas entre coleccionistas de todo el mundo… no deje de aprovechar las ventajas que le ofrece este medio para incrementar su colección.

[b]Piezas exclusivas, que no le engañen[/b]

Las auténticas antigüedades no son, ni mucho menos, fáciles de encontrar. En el caso de los coleccionistas la situación se agrava; esto ocurre porque en la mayoría de las ocasiones demandan piezas muy concretas.

No todos los anticuarios tienen los mismos precios. Los de mayor tradición y más experiencia en el negocio de las antigüedades, se han ganado un prestigio que viene respaldado por una clientela más o menos fija y generalmente selecta. En cuestión de profesionales anticuarios, funciona estupendamente el boca a boca.

Acepte pues las referencias de gente acostumbrada a tratar con ellos. Es posible que comprar en un establecimiento que le ofrezca garantía resulte algo más caro, pero al menos tendrá la seguridad de que la silla del siglo XV que pretende comprar, pertenece realmente a esa época. Fuente: V&B Decoradores

[b]Trucos de anticuario[/b]

– Lo más importante de una auténtica obra de arte no es su aspecto externo, sino su valor real. Es más que probable que le parezca más valiosa una silla encontrada en un anticuario, que la misma silla, pero con peor aspecto, a la venta en una tienda de segunda mano. No se deje llevar por las apariencias.

– ¡Ojo con los fraudes! En el campo de las antigüedades, como en tantos otros, también hay oportunistas que pretenderán darle gato por liebre. Aconséjese bien por alguna persona entendida en la materia antes de adquirir una pieza de cierto valor. En el caso de los cuadros este dato cobra especial relevancia, ya que existen falsificaciones muy logradas capaces de engañar al más experto. Si su economía no le permite optar por un cuadro de un pintor de renombre, confórmese con réplicas de las mismas pero, eso sí, sabiendo lo que ha comprado y pagándolo a su justo precio.

– No pretenda encontrar una cómoda del siglo XV en tan buenas condiciones como las imitaciones que venden en la tienda de decoración de la esquina. Es muy rara la pieza anterior al siglo XVII que no haya sido restaurada. Tenga en cuenta que cuantas más restauraciones haya sufrido la pieza más bajo es su valor.

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