Colegios privados y educación laica

Colegios privados y educación laica

En nuestra ley general de educación, capítulo VI arts. 22-25, se establece el respeto a la libertad de conciencia religiosa en la formación humana y religiosa que ofrezcan los centros educativos.  

A pesar de que está consignada esta supuesta libertad de formación religiosa, la misma no se cumple en nuestras escuelas públicas y menos aún en los colegios privados.

Muchos colegios privados de nuestro país que no están dirigidos por congregaciones religiosas,  tienen restricciones a la libertad religiosa y mantienen una orientación religiosa en diversos ámbitos de su actividad educativa en forma unilateral, sustentándose en la religión católica.

Esta unilateralidad en las orientaciones religiosas se expresa en dimensiones como las siguientes:

– Requerimiento de bautizo. Muchos centros educativos no dirigidos por congregaciones religiosas establecen como requisito que niños y niñas deben estar bautizados/as para inscribirse en el centro, estableciéndose así la exclusión de niños y niñas cuyas familias no pertenezcan a la religión católica.

– Oraciones en el acto de entrada-acto de bandera. Muchos colegios privados y escuelas públicas combinan el acto de bandera con una oración de inicio. Esta oración se repite en las aulas para iniciar las clases. Las prácticas de oración son comunes a muchas religiones, pero cada credo religioso tiene sus matices distintos en ella, y otros no hacen oración. Por otro lado, se desconoce la posibilidad de que muchos/as niños y niñas provengan de familias no-creyentes y por tanto se irrespeta esta práctica.

– Realización de primera comunión en el centro. La presencia de la primera comunión como una actividad común del 4to. o 5to. curso de primaria en muchos centros privados no-dirigidos por congregaciones religiosas es una práctica bastante frecuente. El ritual se maneja como algo “normal” y las clases de formación humana y religiosa que se ofrecen en estos cursos se concentran en la preparación para ello, enfocándose hacia el catecismo.

A pesar de que en los cimientos de la escuela dominicana había una orientación laica con la presencia de una plataforma educativa ofrecida por Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña, esta educación laica es muy escasa o inexistente en nuestra realidad.

Las familias que no son católicas y que deciden inscribir sus hijos/as en colegios privados que explícitamente no son religiosos,  se encuentran en la desilusión de que no pueden optar por una educación laica en nuestro país, porque no existe.  Lo que implica que nuestra población está forzada a aceptar que sus hijos/as reciban una orientación religiosa unilateral, católica, aún cuando su elección educativa tenía otros objetivos, la libertad religiosa y la diversidad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas