Hoy 
En la edición correspondiente al 30 de junio 2011 la legendaria y muy acreditada revista médica norteamericana The New England Journal of Medicine trae como tema central de discusión clínico patológica el caso de un paciente de 30 años con diarrea aguda que se inició luego de visitar la República Dominicana.
Narran los autores que se trata de un venezolano con 18 meses de residencia en los Estados Unidos, quien en enero de 2011 fue visto en la emergencia del hospital Massachusetts General por haber tenido doce evacuaciones acuosas en 35 horas. Cinco días antes había viajado a un resort de nuestro país para un evento social.
El departamento de salud pública estadounidense había sido alertado por un médico venezolano sobre un grupo de personas con síntomas de cólera, luego de haber participado en la misma reunión social en donde estuvo presente el enfermo de Boston. El cultivo de las excretas identificó la cepa del Vibrio cholerae 01, serotipo Ogawa, biotipo El Tor, similar al germen responsable de la epidemia colérica de Haití.
Agregan los autores del artículo que personas infectadas por cólera en la nación dominicana han sido detectadas por lo menos en seis Estados, entre los que se incluye a La Florida, New York y Massachusetts. Enfatiza el trabajo científico que la forma primaria de evitar el cólera es garantizando agua potable a toda la población, así como una adecuada disposición de las materias fecales.
La Organización Mundial de la Salud informa que hay mil millones de personas en la tierra que carecen de agua potable, en tanto que dos mil seiscientos millones de individuos no cuentan con una adecuada disposición de sus materias fecales. La investigación concluye diciendo que la actual pandemia de Vibrio cholerae todavía no da muestra de estar reduciéndose. ¿Cuáles serían las razones por las que el cólera de Haití se siga expandiendo en Santo Domingo, en tanto que el de República Dominicana no ha logrado alcanzar niveles epidémicos en los seis Estados norteamericanos a donde lo hemos exportado?
La explicación resulta bastante simple, en un lugar desarrollado todas las familias cuentan con un servicio de agua potable confiable, así como con un sistema sanitario que garantiza una disposición de excretas correcta. Nadie construye una casa en donde le viene en gana, ni mucho menos se ve en la necesidad de tirar los excrementos en cañadas ni ribera de ríos, amén de que el nivel educativo de la población impide que se violen reglas básicas de higiene.
El departamento de epidemiología de dicho hospital de Boston hizo a tiempo con profesionalidad y eficiencia la tarea que le correspondía.
Las autoridades sanitarias del Estado no se vieron en conflicto con la Sociedad Médica Bostoniana, sirviendo el caso para refrescar los conocimientos de todo el personal de salud no solamente del nordeste americano sino también en todos los lugares adonde llegan las páginas del New England Journal of Medicine. En Massachusetts nadie teme el que con la publicación de un caso de cólera vaya a producirse una huida de los miles de turistas que a diario visitan la Nueva Inglaterra.
¡He ahí la gran diferencia entre un Estado rico y culto, versus otro pobre y cargado de ignorancia! ¿Dios mío, cuándo será que los dominicanos saldremos de la pobreza y sus consecuencias?
