Cólera y medios de prevención

Cólera y medios de prevención

La detección y seguimiento del primer caso de cólera conocido en nuestro país, en la persona de un obrero haitiano que regresó recientemente de Haití, hace suponer que para la ocasión ha funcionado adecuadamente el alerta epidemiológico activado por el Ministerio de Salud Pública tras saber de la incidencia de esta enfermedad en el vecino país. Pero a la vez, es una clarinada que convoca a estrechar  la vigilancia en la frontera y hacer más  incluyente la campaña de prevención por higiene desplegada aquí para evitar contagio.

El ingreso de personas provenientes de Haití y  el intercambio comercial fronterizo deben estar bajo el más riguroso control sanitario, para detectar en la línea divisoria cualquier manifestación que despierte sospecha de contagio.

Hay versiones que afirman que  el obrero haitiano afectado de cólera ingresó legalmente  por la  frontera de regreso de su país, pasó por los controles sanitarios pero nadie detectó que ya presentaba signos de estar enfermo. Las cosas tendrían otro matiz si se tratara de un indocumentado que entró subrepticiamente por un punto no vigilado.

En cuanto sea posible y por razones elementales, la vigilancia epidemiológica debe permitir detectar y aislar en la misma frontera los casos sospechosos de cólera.  Eso incluye esfuerzos extraordinarios para disminuir el intenso tráfico de indocumentados.

Hay que invertir en la frontera

La frontera es una zona empobrecida cuya única actividad económica importante es el intercambio comercial binacional. No puede contener el flujo de inmigrantes  porque carece de  fuentes de trabajo.  Por la misma causa se presta para el tráfico ilegal de personas y mercancías.

Al comparecer como invitados al almuerzo semanal de los medios de comunicación del Grupo Corripio, los senadores Sonia Mateo, de Dajabón; Adriano Sánchez Roa, de Elías Piña; Juan Orlando Mercedes, de Independencia, Heinz Vieluf, de Monte Cristi, y Dionis Sánchez, de Pedernales,  expusieron  que entre  los problemas más graves de la zona están la falta de inversión con metas de desarrollo y las duplicidades en organismos de vigilancia de la zona.

Sin duda es necesario  crear incentivos para la inversión en la frontera en base a un plan de desarrollo enfocado en mejorar las condiciones de vida y contener en ese punto la inmigración.

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