La clave de una dieta anticolesterol es tener una alimentación variada y equilibrada, rica en cereales, frutas, legumbres  y verduras; pero muchas veces nos preguntamos ¿cómo hacer para que la  preparación  de estos alimentos sea algo creativa, además de adecuada y  agradable en sabores?

Sencillo, echar mano de la imaginación y asistirnos de publicaciones especializadas que nos puedan ayudar a mezclar los alimentos adecuados, de tal forma que entre el producto y el aliño se de el “maridaje” perfecto para evitar, a toda costa, el aburrimiento de nuestro sentido del gusto, principal causa de la interrupción de una dieta.

Para controlar o disminuir el colesterol malo los expertos aconsejan consumir pescado azul, usar preferentemente aceite de oliva y canola (evitar a toda costa los aceites de coco y palma, presentes con frecuencia en productos de pastelería industrial, fritos y alimentos precocinados), disminuir el consumo de carnes rojas, huevos, leche entera y derivados como helados, nata, mantequilla, yogures enteros, quesos grasos…), evitar la ingesta de alcohol y limitar la sal.

También existen una serie de recomendaciones útiles que ayudarán a cumplir con  el rigor que amerita llevar una dieta de esta naturaleza, como son emplear claras de huevo en vez de huevos enteros y consumir, como mucho, 3 huevos a la semana, retirar la piel y la grasa subcutánea del pollo y del pavo antes de cocinarlos. Condimentar las comidas con vinagre, jugo de limón, mostaza y hierbas aromáticas para evitar el consumo de sal; untar un pan con aceite de oliva, en lugar de la mantequila o margarina.

Los fritos, como bien es sabido, aportan una gran cantidad de grasas; entonces convendrá que apele al horno y la plancha, ya que además de aportar menos grasas conservan más las  vitaminas. Evite también cocer los alimentos en su propia grasa y use sartenes atiadherentes, ya que necesitan menos aceite para cocinar; por último, después de cocinar la carne, cualquiera que sea su variedad, escúrrala sobre servilletas de papel bien absorbentes.

Las recetas

Salmón al “papillote”

4 rodajas gruesas de salmón fresco

1 puñado de vainitas

1 puñado de repollo picado

6 puerros

limón

4 cucharaditas de aceite de oliva

Sal y pimienta

Salsa de yogur y hierbas

1 yogur natural desnatado

1/2 cucharada de cebollino picado

1/2 cucharada de perejil fresco picado

1 cucharada de eneldo fresco picado

1 cucharada de jugo de limón

Preparación. Limpiar, lavar, escurrir y picar los puerros en aros (parte blanca). Lavar y escurrir las vainitas junto con el repollo. Cocer todas las verduras, sin que lleguen a ablandar demasiado, por 5 minutos. Salpimentar las rodajas de salmón y rociarlas con el jugo de limón. Cortar 4 rectángulos grandes de papel de aluminio y poner sobre cada uno de ellos 2 cucharadas de verduras. Aliñar con una cucharada de aceite, poner encima las rodajas de salmón y cubrir con el resto de las verduras. Envolver bien con el papel de aluminio y cocer al horno, previamente calentado a 180 grados, de 10 a 15 minutos. Mientras, para la salsa: bata el yogur junto con las hierbas y aliñe con una cucharada de limón. Saque el salmón del horno, deje que se temple. Retire el papel y sirva con las verduras y la salsa en una salsera aparte, antes de que enfríe.

Cascarón de gambas y huevos

Ingredientes:

450 g. de colas de gambas

4 huevos duros

1 huevo

4 cebollas peladas y picadas finamente

1 diente de ajo pelado y picado

1 cucharada de cilantro fresco picado

50 g de semillas de ajonjolí tostadas

2 cucharadas de harina integral

1 lechuga morada

2 cucharadas de salsa de soja Pimienta y una pizca de sal

Preparación. Quitar la cáscara de los huevos cocidos y reservar. Triturar las gambas en la batidora hasta que queden como un puré. Agregar las cebollas, el ajo, la harina, el cilantro y la salsa de soja. Batir todo hasta conseguir una crema fina. Formar con la crema 4 bolas e insertar 1 huevo duro en el centro de cada una. Echar en un plato las semillas de ajonjolí, y en otro plato la harina restante. Pasar las bolas por la harina, el huevo batido y el ajonjolí. Colocar en una fuente y guardar en la nevera por unos 30 minutos. Sacar de la nevera y freír en abundante aceite de oliva bien caliente. Escurrir sobre papel absorbente  y servir con la lechuga.