En ocasiones el sistema inmunológico humano, diseñado para protegernos de enfermedades e infecciones, actúa de forma contraria en el cuerpo, dañando el propio organismo.

Es el caso de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que agrupa diferentes patologías, tales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, esta última la más frecuente de todas afectando aproximadamente entre 7.6 a 246 de cada 100 000 habitantes.

¿Qué es la colitis ulcerosa? La colitis ulcerosa o ulcerativa es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino que se caracteriza por la inflamación y ulceración de la mucosa del colon o intestino grueso en su capa más interna, lo cual provoca sangrado rectal y síntomas como diarrea con sangre y dolores abdominales constantes.

El reumatólogo español y gerente médico de Inmunología de los laboratorios Janssen para Centroamérica y el Caribe, José Antonio Herrera, explica que se trata de una enfermedad cada vez más frecuente y que afecta principalmente a jóvenes, presentándose durante la segunda o tercera década de la vida.

Usualmente comienza en el recto, pero puede afectar todo el colon e impedir que este realice sus funciones adecuadamente, entre las que se encuentra la absorción de agua.
Causas: genética y ambiente. Lo que desencadena la colitis ulcerosa aún es un misterio para la medicina; las causas apuntan más bien a una combinación de factores genéticos y ambientales, entre los que sobresalen los patrones alimenticios modernos, para la activación del mecanismo que la produce.

“Hay personas que con cierto tipo de medicamentos puede desencadenar la enfermedad, algunos antiinflamatorios, antibióticos… pero en realidad no se conoce un agente específico desencadenante”, explica Herrera.

Dinámica de la colitis ulcerosa. Tanto en la enfermedad de Crohn como en la colitis ulcerosa, el denominador común es una proteína que es la que causa la inflamación, al producirse en niveles exagerados. Su nombre es factor de necrosis tumoral (FNT).

“El organismo trata de defenderse de algo pero no sabe lo que es, y actúa sobre la mucosa produciendo las úlceras”, señala.

Complicaciones. Una persona que padece de colitis ulcerosa puede, con el tiempo, desarrollar ulceraciones y perforaciones en el colon y someterse a cirugías como la de resección de colon o colostomia, en caso de que el colon se haya obstruido o exista una hemorragia masiva.

Algunas manifestaciones extra intestinales que también se asocian a la enfermedad y que señala el especialista son afectaciones de la columna, inflamación del globo ocular y uveítis (que puede producir ceguera en algunos casos) enfermedad reumática como artritis, y problemas dermatológicos como piodermas (dermatitis supurativa).
Tratamiento. Aunque se trata de una enfermedad hasta el momento sin cura, puede controlarse y se diagnostica generalmente a través de una endoscopia realizada por un gastroenterólogo.

Uno de los tratamientos más recientes es el medicamento biológico y anticuerpo monoclonal l Golimumab, de Janssen, cuyo nombre comercial es Simponi, el cual bloquea la producción del factor de necrosis tumoral y se aplica de forma subcutánea una vez al mes.

Herrera señala que el medicamento ha arrojado resultados exitosos y permite restaurar en cierta medida la mucosa intestinal afectada.
Este medicamento Golimumab ha sido utilizada durante al menos cinco años en el tratamiento de otras enfermedades como la artritis reumatoide.