Colombia concede extradición de guerrillera a EEUU

Colombia concede extradición de guerrillera a EEUU

BOGOTÁ (EFE).- El Gobierno colombiano concedió la extradición a Estados Unidos de la llamada «comandante Sonia», considerada como la más destacada pieza de las operaciones de narcotráfico de la guerrilla de las FARC que ha sido capturada.

La entrega de la insurgente fue otorgada mediante una resolución firmada la víspera por el presidente Alvaro Uribe y el ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt de la Vega, informó hoy a EFE un portavoz de la Casa de Nariño, la sede en Ejecutivo en Bogotá.

La próxima extradición de «Sonia» será la segunda en importancia de un rebelde de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), después de la de «Simón Trinidad», alias de Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, importante líder rebelde detenido hace trece meses en Quito y deportado de inmediato a su país.

Trinidad fue trasladado el pasado 31 de diciembre a Washington, donde afronta un proceso por narcotráfico, toma de rehenes y ayuda a actividades terroristas.

El Ejecutivo adoptó la decisión final de extradición de «Sonia» sólo un día después de que la Corte Suprema de Justicia considerara que la solicitud estadounidense se ajustaba a los requisitos legales colombianos.

La Sala Penal del Supremo aprobó la entrega de la rebelde el pasado día 23, junto a las de una docena de presuntos narcotraficantes, entre ellos Miguel Rodríguez Orejuela, antiguo líder del disuelto Cártel de Cali, que lideraba con su hermano Gilberto, extraditado a Estados Unidos a finales del año pasado.

El alto tribunal puso fin así a la gestión judicial del caso de la insurgente, que había sido reclamada en extradición el 20 de mayo del año pasado, por una corte de Washington, bajo cargos de narcotráfico.

La «comandante Sonia» o «Nayibe Rojas Valderrama», alias de Omaira Rojas Cabrera, fue detenida el 10 de febrero de 2004 en el caserío rural de Peñas Coloradas, en el departamento sureño del Caquetá y con fuerte influencia de las FARC.

Según lo destacado en ese momento por las autoridades militares colombianas, la captura de la guerrillera representaba un «fuerte golpe» a las finanzas de la mayor guerrilla del país, que tenía en ella a la responsable de grandes operaciones de narcotráfico.

Las mismas fuentes dijeron entonces que la mujer, que pertenecía al frente 14 de las FARC, y supervisaba incluso la fabricación de cocaína, además de comercializarla.

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