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Tegucigalpa, (AP).- El presidente Porfirio Lobo y su colega colombiano Alvaro Uribe firmaron el sábado un acuerdo bilateral de cooperación en Seguridad.
«Necesitamos fortalecer la relación todos los días… nos afecta a ambos ese fantasma perturbador del narcotráfico, que engendra terrorismo, que acaba con la moral y la ética y engendra una actitud de desprecio a la ley», dijo Uribe en una breve intervención al final de su visita que duró poco más de tres horas.
El convenio compromete a ambas naciones a poner en marcha un «plan de acción en materia de seguridad, para intercambiar experiencias y buenas prácticas… y desarrollar mecanismos de cooperación bilateral orientados a fortalecer los estados en materia de seguridad».
Uribe dijo que ese plan de acción comenzará a funcionar en febrero. También se comprometieron a realizar una reunión en 2010 para discutir sobre el combate al narcotráfico.
Uribe es el primer mandatario extranjero que visita Honduras luego de una toma de posesión el miércoles, a la que apenas acudieron tres presidentes. Lobo ganó las elecciones de noviembre.
Al terminar la actividad pública, Uribe partió hacia el aeropuerto para volver a su país.
Lobo ha lanzado una campaña internacional para convencer a la comunidad internacional, en particular a los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) que restablezcan relaciones con Honduras.
La OEA en pleno desconoció a Honduras tras el golpe militar al presidente Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009.
Además de Panamá, Taiwán y la República Dominicana, cuyos mandatarios asistieron a la inauguración de Lobo, Estados Unidos ha dado hecho acercamientos diplomáticos a Honduras.
«Vino a fortalecer las relaciones con Honduras, a ratificar la visita del vicepresidente de Colombia a la toma de posesión», informó el sábado la vicepresidenta hondureña María Antonieta de Bográn.
El embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, se reunió el viernes con Lobo y aseguró que no habrá problemas para que este país centroamericano nombre un embajador en Washington en el futuro inmediato y así normalizar las relaciones diplomáticas.
