Por Eoin Callan Y Anastasia Molony
En Washington y Bogotá
Colombia le pedirá a Bill Clinton esta semana que imbuya sus esfuerzos de cabildeo de su renovado encanto mientras intenta persuadir a los demócratas renuentes a que acojan a un líder salpicado por un escándalo.

El presidente Álvaro Uribe será el anfitrión en un cóctel de gala con el ex-presidente en Manhattan hoy viernes, acompañado de Shakira, la cantante “pop” colombiana.

El evento continúa la campaña de Colombia por persuadir a los demócratas del Congreso a que prueben el tratado de comercio y una petición del presidente George W. Bush de cerca de US$700 millones, principalmente en ayuda militar.

Los demócratas excluyeron el TLC de una lista reducida de acuerdos que intentan ratificar después de la información pública sobre los vínculos entre miembros del gobierno de Uribe y paramilitares de derecha.

Altos funcionarios del gobierno se han visto obligados a abandonar sus cargos después de verse relacionados con masacres de civiles, en la medida en que los líderes paramilitares detenidos han ido detallando la colusión

Las revelaciones han coincidido con un agrio ambiente en el Congreso hacia la política de tratados de EEUU. El movimiento laboral ha aprovechado el momento para persuadir a los demócratas para que congelen el acuerdo por los “débiles” esfuerzos por investigar las muertes de sindicalistas, que a pesar de una baja, siguen siendo las más altas del mundo.

Esto está creando incertidumbre en relación con el aliado más cercano de Washington en la región, en momentos en que EEUU está buscando contrarrestar la influencia de Hugo Chávez, el líder populista venezolano.

 Colombia ha respondido con la contratación de Burson-Martsteller, una de las firmas líderes de cabildeo y relaciones públicas, y mediante la asignación de honorarios a cabilderos de EEUU  hasta de US$40,000 al mes.

Siguiendo los consejos, de sus asesores, la visita de Uribe, que empezó ayer jueves, abandonará los despliegues usuales de una visita de Estado por un cabildeo uno a uno con los legisladores.

Anfes de la fiesta en Mahattan de hoy, también sostendría un almuerzo con sagaces ejecutivos de la gran banca y editoriales de Wall Street. Hill Rohdes, vicepresidente principal de Citigroup, dijo que la intención era “apelar a los negocios para que le señalen al Congreso la importancia estratégica y económica de Colombia”.

Los comentaristas colombianos han indicado que al presidente se le ve desesperado. Sin embargo, un ex asesor de Clinton contratado por el gobierno colombiano dijo que la aparición en público con el ex presidente de EEUU es un antídoto muy necesario para el rechazo reciente de Al Gore, el ex vicepresidente de Clinton, que canceló una aparición con el líder colombiano por “acusaciones preocupantes”.

Una persona involucrada en el esfuerzo de cabildeo de Uribe, dijo: “Hill Clinton es una estrella de rock política. Si él lo apoya, habrá  que volver a mirar”. Pero  no se pudo conseguir la opinión de los voceros del expresidente.

También Uribe sostuvo un encuentro el miércoles con Charles Rangel y Sander Levis, congresistas veteranos que están dando forma a la política demócrata de comercio, y que son ambos políticamente  cercanos a  los Clinton. “Charlie Rangel y Sandy Levin han sido muy generosos con su tiempo al reunirse con Uribe en medio de todo esto”, dijo una persona participante el diálogo, que añadió: “Mi esperanza es que eso no lo estarían haciendo si no valiera el esfuerzo”.

Uribe también se reuniría con el senador Patrick Leahy, uno de sus críticos más abiertos en el Capitolio, quien tiene retenidos cerca de US$55 millones en ayuda, por demandas de que las autoridades colombianas fortalecieron los procesos por violaciones a los derechos humanos. Leía también está amenazando con introducir nuevas condiciones a la ayuda si se aprueba la petición de Bush de US$700 millones este mes para el “Plan Colombia”, una estrategia contra-insurgencia iniciada por la administración Clinton.

Un ayudante demócrata dijo: “Todo el propósito del `Plan Colombia¨,tal como se nos vendió, era erradicar la droga. Pero la producción de coca ha subido 8% y está claro que el dinero ha ido a parar a una guerra sucia”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL IVÁN PÉREZ CARRIÓN