BOGOTA. Las regiones duramente golpeadas en el pasado por la violencia de la guerrilla saludaron el lunes la entrada en vigencia del cese bilateral y definitivo del fuego entre el gobierno colombiano y las FARC. “A nosotros nos conviene mucho esa noticia”, dijo a The Associated Press Humberto Sánchez, alcalde del municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá y al sur de Bogotá. San Vicente del Caguán fue entre 1999 y 2002 escenario de las negociaciones de paz entre el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ese proceso de paz, subrayó el alcalde, “lo único que nos dejó fue problemas. Primero la estigmatización porque todo el mundo pensaba que éramos guerrilleros y eso no era así… Después de la zona de distensión hubo desplazamientos y extorsiones”. Sánchez, del opositor movimiento Centro Democrático, recordó haber sido víctima personal de la violencia. En febrero de 2006 fue secuestrado por la guerrilla. “Todos queremos la paz, pero no sólo basta firmarla sino construirla. Tenemos que ser garantes de que el gobierno cumpla a las FARC y de que las FARC cumplan a los colombianos”, enfatizó.
En tanto, Víctor Armero, presidente del concejo de la población de Argelia, en el departamento de Cauca y al suroeste de la capital colombiana, recordó que en 2012 se registraron 87 hostigamientos guerrilleros a su municipio. “Lo del cese lo recibimos como una gran noticia, pero tenemos que aceptar una realidad: hay un desconocimiento total de los acuerdos” por parte de los ciudadanos, dijo Armero. El cese bilateral e indefinido del fuego entró en vigor a las cero horas del lunes y puso fin a 52 años de guerra entre diferentes gobiernos y las FARC. “Anoche a las 12 sentí una gran emoción”, sostuvo el lunes en rueda de prensa Humberto De la Calle, jefe del equipo negociador del gobierno en el proceso de paz con las FARC. Por su parte, el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo calificó al lunes de “día extraordinariamente importante en nuestra historia”. Según Jaramillo “se acabó la guerra en Colombia con las FARC. Son muchas las vidas humanas que se van a salvar”.
El cese bilateral y definitivo del fuego fue anunciado después de que el miércoles las partes sellaran en La Habana un histórico acuerdo de paz tras cuatro años de intensas negociaciones. El jueves Santos dio la orden de cesar las confrontaciones contra las FARC en su calidad de jefe de las fuerzas armadas y los propio hizo la víspera el máximo jefe de esa guerrilla, Rodrigo Londoño o “Timochenko” desde Cuba. Las Naciones Unidas y grupos de observadores internacionales estarán a cargo del monitoreo del fin de las hostilidades y el funcionamiento de las zonas a las que arribarán de manera transitoria los guerrilleros mientras se realiza el desarme.