Fue porque le impuso una orden de alejamiento, al descubrir que era drogadicto, que el canadiense Gordon Wilson pagó mil dólares a una pareja para que matara a la colombiana Maribel Buriticá.
De acuerdo con la Policía Nacional, el hombre está recluido en un centro de rehabilitación en su país por su adicción a las drogas.
Indicó que Wilson, acusado de contratar para el crimen a David Joel Toribio, de 32 años, y a su pareja Catherin Matas Morales, de 20, conoció a Buriticá por Internet y eran amigos.
Según la entidad, la muchacha invitó al canadiense al país y al parecer, cuando se enteró de la adicción se molestó y le impuso una orden de alejamiento.
Explicó que República Dominicana y Canadá no tienen acuerdo de extradición, pero que estudian cómo se maneja la legislación de ese país en cuanto a acusaciones a adictos a las drogas, para proceder.