Colombianos expulsados de Venezuela intentan rehacer sus vidas en el país

Colombianos expulsados de Venezuela intentan rehacer sus vidas en el país

En albergues e improvisados refugios, cientos de colombianos expulsados de Venezuela por el gobierno de Nicolás Maduro intentaban reencauzar sus vidas ayer en la ciudad de Cúcuta, adonde seguían llegando por la crisis fronteriza entre los dos países, que ya deja 7,000 afectados. Autoridades colombianas y miembros de la Cruz Roja y de agencias de la ONU asistían a los retornados.

Según el último balance oficial, estas personas sumaban 1,097 deportados y un estimado de entre 5,000 y 6,000 repatriados voluntariamente tras el estado de excepción decretado el viernes por Maduro en un sector de la frontera.

La medida, motivada por el ataque de desconocidos a militares venezolanos en medio de una operación anticontrabando que Maduro atribuyó a «paramilitares», era rechazada fuertemente en Colombia, donde el drama humanitario se vivía en los centros de acogida y a orillas del río Táchira, frontera natural entre ambos países y por donde este jueves seguía el éxodo de colombianos con sus pertenencias a cuestas.

«Feo que la canciller de Venezuela (Delcy Rodríguez) diga que esto no está pasando, que es mentira», dijo a la AFP Ernesto Chivatá, un panadero de 41 años, en alusión a la reunión celebrada la víspera entre las ministras de Exteriores de ambos países. Chivatá refirió que llevaba una década en Venezuela pero se vio forzado a huir por amenazas de la militarizada Guardia Nacional Bolivariana (GNB). «Para qué nos va a tildar a nosotros de paramilitares si nosotros no manejamos armas, manejamos las manos», agregó.

Familiares de Jonatan Correga, un colombiano llevado por la GNB el sábado y del cual su familia no ha sabido nada, pedían su libertad. «Es inocente … no es paramilitar», rezaba el cartel con la foto del joven, de 20 años y que visitaba a su novia venezolana.

La víspera, durante una visita a Cúcuta (noroeste), el presidente colombiano Juan Manuel Santos también recalcó que los repatriados no son paramilitares, sino «familias pobres».
Desplazados reviven drama

Con la crisis fronteriza, muchos revivían el drama de haber salido años atrás escapando de la violencia del conflicto armado en Colombia, que en medio siglo ha dejado seis millones de desplazados. «Me pesan los ojos de tanto llorar», dijo Andrea Agudelo, de 33 años, cuyo estatus legal de refugiada y su cédula venezolana no la salvaron de tener que cruzar el río el sábado de noche.

«Éramos un grupo de 37. Los hombres salieron primero porque se decía que eran los primeros que iban a llevar para acusarlos de paramilitares. Y luego salimos todos, mujeres, niños, perros, gallinas, marranos», contó. Para dejarla escapar con sus dos hijos, los soldados que marcaron su casa con una «D», señal de que sería demolida, le cobraron 1.000 bolívares por cada uno.

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