BOGOTÁ (EFE).- Una coalición de organizaciones sindicales, sociales y políticas movilizó hoy a centenares de miles de colombianos en una jornada de protesta contra el plan de reformas del Gobierno, incluida la reelección del presidente Alvaro Uribe.

   La jornada fue abierta con un paro de funcionarios del Estado en el que, según la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), participaron más de 1,4 millones de funcionarios en todo el país.

   La mitad de los huelguistas pertenecen a los sectores de la educación, la salud y las empresas públicas de servicios, dijo a EFE en Bogotá el vicepresidente de la CUT, Fabio Arias.

   El portavoz de la mayor organización sindical del país agregó que los otros 700.000 son funcionarios de administraciones locales y regionales en los 32 departamentos colombianos.

   «El cese de actividades es un hecho», aseguró Arias, cuya central conforma el llamado Comando Unitario junto a las confederaciones General de Trabajadores Democráticos (CGTD) y de Trabajadores de Colombia (CTC), convocantes de la protesta nacional de un día.

   A la jornada también se unió una alianza de organizaciones sociales, de búsqueda de la paz y de defensa de los derechos humanos, para rechazar el terrorismo, los crímenes de guerra o de lesa humanidad, y la resistencia del Gobierno y los grupos ilegales a cumplir con las recomendaciones que les ha hecho Naciones Unidas.

   La Convergencia Nacional Campesina, Negra e Indígena (CNI) y la opositora Alternativa Democrática (AD), que reúne formaciones políticas independientes y de izquierda, entre ellas el Polo Democrático Independiente (PDI), completan las coaliciones que se adhirieron a la protesta.

   «La movilización tiene un carácter netamente político», admitió Antonio Guerrero, portavoz de la Federación Nacional de Cooperativas Agropecuarias (Fenacoa), organización integrada a la CNI.

   Guerrero hizo alusión a las cuestiones centrales en la convocatoria de la protesta, que ha incluido grandes movilizaciones en las capitales regionales y otros centros urbanos de importancia.

   La jornada fue convocada para rechazar las negociaciones de un tratado de libre comercio con Estados Unidos y la agenda del Gobierno en el Congreso, centrada ahora en una reforma al régimen de pensiones y otra tributaria, en ambos casos por compromisos del Ejecutivo con el Fondo Monetario Internacional.

   Además, para exigir al Ejecutivo que cumpla el estado social de derecho y abra paso a una solución política al conflicto armado interno, que lleva cuarenta años.

   La jornada tiene como eje el rechazo al proyecto de enmienda constitucional que permita la reelección de Uribe, que sólo está pendiente de dos votaciones en la Cámara de Representantes, una en el comité de asuntos constitucionales y otra en un pleno.

   Se trata de una iniciativa parlamentaria, apoyada por el Ejecutivo, que busca que el presidente pueda ser elegido para un segundo mandato de cuatro años, en los comicios de mediados de 2006.

   «Calculamos un millón de personas en las marchas organizadas en todo el país», afirmó el vicepresidente de la CUT, y dijo que la gran concentración prevista en Bogotá, como acto central de la jornada, podrá reunir a unos 100.000 manifestantes.

   La capital colombiana ha sido el escenario de las mayores movilizaciones y, también, de las más grandes congestiones de tráfico.

   Las autoridades bogotanas autorizaron la realización de seis marchas que, desde distintos sectores de la ciudad, confluirán en la céntrica Plaza de Bolívar.

   En sus alrededores están las sedes del Ejecutivo, el Congreso y la Justicia, además de la alcaldía de Bogotá y la Catedral Primada.

   Ningún incidente entre manifestantes y fuerza pública había sido informado por las autoridades pasada la mitad de la jornada, que sólo en Bogotá implicó hasta la movilización de vehículos policiales blindados.