Colombianos sufren bloqueo Venezuela

Colombianos sufren bloqueo Venezuela

BOGOTA (AFP).- Las poblaciones colombianas fronterizas con Venezuela, cuya relación con sus vecinos es vital para su supervivencia, sufren los estragos de una crisis diplomática que lleva tres semanas, ante la falta de energía y el limitado comercio, especialmente de combustible.

Los problemas, que tienden a profundizarse, han motivado reuniones urgentes del presidente Alvaro Uribe con gobernadores, y el desplazamiento este miércoles de ministros a la región, para analizar posibles soluciones.

Aisladas prácticamente del resto de Colombia, esas poblaciones recibieron el primer coletazo de la decisión del presidente venezolano Hugo Chávez de suspender negocios y proyectos bilaterales hasta que Uribe pida disculpas por la captura el 13 de diciembre en Caracas de un jefe guerrillero de las FARC.

El efecto más directo se siente en el comercio y en el sector de la energía, concretamente por la escasez de combustible -que en Colombia es 12 veces más caro que en Venezuela- y la salida por carreteras venezolanas y el puerto de Maracaibo de 6.000 toneladas de carbón que Colombia exporta diariamente.

«Hay dos asuntos de gravedad: el paso del carbón que se ha visto interrumpido y el transporte de alimentos y otros productos entre Cúcuta y Arauca (principales ciudades colombianas fronterizas con Venezuela), que se hacía por tránsito venezolano», explicó el gobernador del departamento de Norte de Santander, Luis Morelli.

El gobernador precisó que «el negocio del carbón equivale a 80 millones de dólares al año» de los cuales 40 corresponden «al transporte que se hace en territorio venezolano, por transportistas de ese país».

El ministro de Transportes de Colombia, Carlos Uriel Gallego, viajó a Cúcuta este miércoles para analizar con las autoridades locales vías alternas para sacar por carreteras y puertos colombianos el carbón, pero las rutas son tan largas que el costo del flete aumenta 10 dólares por tonelada, precisó Morelli.

Además, «los productos de la canasta familiar son mucho más baratos en Venezuela, por lo que los colombianos se desplazan hacia allá para comprar a mejor precio y los comerciantes venezolanos se benefician», añadió.

La decisión de Chávez también comenzó a afectar la cooperación que en materia eléctrica presta Venezuela a las poblaciones fronterizas, ya sea a través de la interconexión o del suministro de combustible para las plantas generadoras.

Gustavo Castro, gerente de la empresa eléctrica del nororiental departamento de Arauca, aseguró que la estatal compañía venezolana Cadafe se negó a venderle energía -pese a un convenio suscrito el año pasado- para paliar un apagón iniciado el lunes, al parecer por un atentado dinamitero contra una torre de conducción.

«Cuando se presentan estas emergencias compramos seis megavatios diarios de energía para garantizar el servicio a los 80.000 habitantes de la capital, pero ahora no», dijo Castro, quien precisó que también están sin luz las localidades de Arauquita y Cravo Norte, lo que eleva en varios miles el número de afectados.

Otros 4.000 habitantes de las aldeas de Casuarito, Venturosa, Murillo y Aceitico -del municipio fronterizo de Puerto Carreño- no tienen servicios básicos, pues las plantas de producción de electricidad y bombeo de agua potable funcionan con combustible traído de Venezuela.

«Dependemos en un 90% de combustible venezolano. Para traerlo desde la ciudad de Villavicencio (centro-oriente de Colombia) se demoraría dos días (…) La situación es difícil y se va a agudizar porque dependemos más de Venezuela que de Bogotá», afirmó a la AFP el alcalde de Puerto Carreño, Luis Eduardo Medina.

En Cúcuta, considerada la capital del calzado, también se prendió la alarma. Más de 10.000 personas de esa industria temen quedarse en la calle pues el 80% de la actividad depende de Venezuela, precisó Guillermo Rangel, presidente del gremio.

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