Colorantes: atractivos, pero nocivos para la salud de todos

Colorantes: atractivos, pero nocivos para la salud de todos

ANNA JIMÉNEZ
cienciaplus@yahoo.com
Resulta evidente observar cómo nuestros hogares han sido invadidos con la llamada comida chatarra, encontrando como fieles adeptos, principalmente a los niños.

Bien lo saben los fabricantes y también los publicistas ya que gracias a su creatividad han conseguido introducir una verdadera «necesidad» de consumo en sus pequeños clientes, para quienes resulta prácticamente imposible resistirse a sus encantos. Papas fritas, suflés, jugos en polvo, jaleas, helados y otros, son algunos de los sabrosos exponentes de este moderno tipo de alimentación envasada.

¿Qué hay de malo en consumir estos productos?.  El daño no está en el alimento original sino en los componentes que se les agregan para presentarlos más atractivos hacia sus potenciales consumidores.

Se calcula que existen cerca de cien mil productos químicos a los que estamos expuestos en la vida diaria a través de la industria, vivienda o productos alimenticios.

Los colorantes que se agregan a los alimentos para resaltar su origen natural son uno de ellos.

Basta imaginarnos un rosado helado de frutilla, un naranjo jugo de naranjas, un amarillo yogur de vainilla, etc. Desde muy pequeños los ingerimos.

Al nacer la guagua toma remedios con sabores y colores muy llamativos. Luego, al ir creciendo, comienza a ingerir yogures de los más variados tonos así como jugos artificiales, caramelos y un sin fín de comida envasada recargada de color especialmente para atraer su caprichoso apetito.

¿Sanos colores?
La mayoría de los colorantes que actualmente se utilizan son extraídos de derivados del alquitrán.

A través de los años han sido estudiados en EEUU, llegándose a configurar una pauta que indica cuáles son sanos, es decir que no producen efectos dañinos en el organismo.

A este tipo se les denomina «gras» (generally regarded as save) y corresponde a la normativa que actualmente aplican las autoridades de salud. Sin embargo, no todos creen en esta pauta.

Un refutado médico chileno, llamado Rodrigo Hurtado,  experto en alergia e inmunología, no está seguro de que los colorantes identificados como «gras» sean realmente inocuos puesto que «nunca se evaluaron sus efectos a largo plazo o los daños paulatinos que pueden provocar a través de la vida».

Dominicanos hiperactivos
Uno de los principales colorantes utilizados en Chile es la tartrasina. Este derivado del alquitrán, que se utiliza en nuestro país en múltiples y variados productos como jaleas, jugos, etc., tiene efectos, al parecer, nada sanos. Si un niño consume muchos milígramos de tartrasina al día, al cabo de un período de ocho o diez años podría mostrar efectos en su salud.

Un nuevo estudio
de una universidad británica vuelve a encontrar relación entre  trastornos de comportamiento e hipertensión en niños con colorantes alimenticios. Las consecuencias directas son berrinches, baja concentración, hiperactividad y reacciones alérgicas. Los colorantes son la tartracina (E102), rojo cochinilla (E124), amarillo anaranjado (E110), azorrubina (E122), amarillo quinoleína (E104), y rojo allura (E129). Estos se utilizan en refrescos, bebidas, zumos y pastelitos. No son los primeros problemas que se encuentran en líquidos. Pesticidas encontrados en zumos y otras bebidas parecen convertirse en principales sospechosos de causar el Alzheimer..

Algunos de estos efectos corresponden a patologías a nivel respiratorio. Entre el 5 y 8 por ciento de los niños chilenos sufre de asma. Esta cifra se traduce en cerca de un millón de asmáticos y alérgicos severos. De ellos, según los estudios, al menos un 10 por ciento es sensible a la tartrasina.

Por otra parte, hace algunos años un grupo de pediatras descubrió efectos como excitación sicomotora e incapacidad de concentración en los niños producto de la ingestión de colorantes considerados «gras» como el amarillo Nº5 y Nº6. El doctor Rodrigo Hurtado corrobora esta observación, asegurando que entre un niño chileno y uno norteamericano existe una diferencia en su comportamiento.

«Se nota que en nuestro país los niños son consumidores de colorantes porque son mucho más hiperactivos.» Esta teoría la ha puesto a prueba disminuyendo en un grupo de menores los alimentos con colorantes y observando posteriormente en ellos un cambio de actitud.

Jugoso y crujiente vicio
En todos los alimentos que traen altas dosis de colorantes, los más recurridos en nuestro país son los jugos en polvo. Los niños desde que tienen alrededor de un año de edad comienzan a tomarlos.

Esta costumbre es considerada muy negativa ya que el agua es un elemento vital en nuestras vidas y si los menores se acostumbran a ingerirla con distintos sabores y colores estamos agregando un elemento químico a una necesidad que es básica a lo largo de toda la vida.

Por otra parte si observamos qué alimentos llevan los niños al colegio como colación, descubriremos una cantidad extraordinaria de colorantes en su mochila: papas fritas, queques envasados, yogures, etc. En opinión del doctor Hurtado, «por una falta de conciencia estamos educando en un sistema con una alimentación alterada… ¿Cómo va a alimentar ese niño a sus futuros hijos?»

Aprender a alimentarnos
La legislación chilena recién estableció este año la obligación de especificar en el envase de los alimentos qué tipo de colorantes se utilizan, aunque no su cantidad.

Según Hurtado ésta debiera ser una exigencia de las autoridades de salud pública ya que las últimas investigaciones indican que hay una relación dosis-efecto.

A su juicio sería necesario hacer estudios específicos sobre los alcances que tiene el uso continuo de la tartrasina para que a partir de sus resultados se impulse una medicina preventiva, enseñando a la gente a consumir los alimentos adecuadamente con la consiguiente disminución de enfermos crónicos, de niños hiperactivos y de muertes por asma.

En este caso los colorantes tienen la función de hacer apetecible la comida y psicológicamente predisponer a que gusten en cuanto a sabor e incluso “hacer” que sepan mejor por este efecto visual.

Hace 7 años se estudiaron y ahora vuelven a dar positivo. En ese momento se desechó el estudio por no ser representativo.

Seguramente por baja muestra u otro motivo.

Sin embargo hay varios países que ya los prohíben (EEUU y países nórdicos) o una cadena de supermercados británicos que los prohíbe en sus refrescos.

EL DATO

1.  Encuentran relación

Entre los trastornos de comportamiento y la hipertensión en niños, debido a colorantes alimenticios.

2.  Consecuencias directas

Son berrinches, baja concentración, hiperactividad y reacciones alérgicas.

3.   Algunos colorantes dañinos

Que se usan en los alimentos son la tartracina (E102), rojo cochinilla (E124), amarillo anaranjado (E110), azorrubina (E122), amarillo quinoleína (E104), y rojo allura (E129).

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