En algún momento en nuestro país habrá justicia, funcionarán las instituciones porque estarán manejadas por gente seria y respetuosa de la Constitución y las leyes.
En algún momento habrá jueces que se respeten y hagan respetar las reglas que norman la vida en sociedad, de modo que todo seamos medidos por la misma vara.
En algún momento habrá legisladores que trabajen para mantener, mejorar, crear y sostener un conjunto de leyes y reglamentos que contribuyan al equilibrio y la igualdad.
En algún momento las autoridades dependientes del Poder Ejecutivo, incluyendo su titular, respetarán y harán respetar las reglas de convivencia contenidas en la Constitución y las leyes.
En algún momento las autoridades de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial formularán y respetarán un Presupuesto de Ingresos y harán votar una Ley de Gastos Públicos que contribuya, realmente, al desarrollo del país.
En algún momento hay que hacerles entender a las autoridades uniformadas, militares y policías, que tienen la obligación de respetar y hacer respetar las disposiciones que regulan el orden público, sin excesos, sin protagonismos, con verdadero espíritu de servicio.
En algún momento los maestros serán enseñados a enseñar y enseñarán a pensar, instrumento más poderoso que tiene el ser humano, en vez de acumular, si es que los recuerdan, tantos conocimientos vacuos y de ninguna aplicación práctica.
En algún momento se iniciará un plan nacional de uso de suelos según la zonificación correcta: los de vocación agrícola para la agricultura y sus distintas posibilidades y los de vocación forestal o ganadera para usarlos en lo que es más provechoso. En algún momento en las escuelas se trabajará con los niños en la enseñanza de las bellas artes y en la práctica de los deportes, piezas fundamentales para su desarrollo.
En algún momento los que planean la educación entenderán que la práctica de los deportes enseña a los ciudadanos de mañana que hay reglas, que para jugar hay que respetar las reglas, que el juego sucio siempre deja huellas y que se gana y se pierde, así cesaremos de preparar personas como aquel Jalisco que cuando pierde arrebata.
En algún momento hay que cortar el condón umbilical de la corrupción que se inició con los contrabandos de los primeros años de la colonia y continúa en el quehacer nacional como si fuera bueno robar, engañar, contrabandear, evadir el pago de tributos, abusar con los precios, pagar sumas de engaño a los productores, conceder permiso para importar toda suerte de comestibles u objetos que producimos aquí.
Conocedores de los problemas y males, vamos a erradicarlos. ¡Comencemos ya!