SEUL, Corea del Sur, AP. La primera mención pública a nivel de altos mandos de Corea del Norte sobre la primera presidenta de Corea del Sur fue un comentario sexista: El organismo que controla las fuerzas armadas de Pyongyang se quejó el miércoles sobre la “elegancia maligna” de su falda.

Tanto ese comentario como el continuo torrente de retórica y amenazas de ataques nucleares de Pyongyang están poniendo a prueba a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, quien ha dicho que cumplirá su promesa de campaña de lograr un acercamiento con el joven líder norcoreano Kim Jong Un y de enviar a Corea del Norte la ayuda humanitaria que mucho necesita.   

La frustración de muchos surcoreanos con los últimos cinco años de relaciones con Corea del Norte  en los que ocurrieron pruebas nucleares norcoreanas, lanzamientos de cohetes de largo alcance y ataques que ocasionaron la muerte de decenas de sudcoreanos  es en gran parte la razón por la cual Park está tratando de construir confianza con Pyongyang, aun cuando ella y las fuerzas armadas de Corea del Sur prometen responder enérgicamente a cualquier ataque de Corea del Norte.  

El predecesor de Park, Li Myung-bak, enfureció a Corea del Norte al vincular la ayuda y las concesiones con lo que resultó ser un avance inexistente en los compromisos previos de Corea del Norte, de abandonar sus ambiciones de armas atómicas.

Al hacer eso, revirtió la política de gobiernos liberales previos: proporcionar cargamentos enormes de ayuda a cambio de pocas condiciones.   

Al igual que Lee, Park pertenece al principal partido conservador de Corea del Sur, pero ella prometió encontrar un punto intermedio volviendo a acercarse a Pyongyang a través del envío de ayuda,