Comentarios en breve
Debilidades de la JCE

<STRONG>Comentarios en breve<BR></STRONG>Debilidades de la JCE

La Junta Central Electoral hubiera dado un gran paso de avance y habría mostrado sus garras si hubiera sido capaz de mantener la norma reglamentaria que prohibía la presentación de candidaturas de personas que ni siquiera sufragan en el lugar que quieren representar. Se hace necesario terminar con ese relajo de los partidos. Los turistas de la política no deben tener oportunidades para ser elegidos por comunidades donde no residen, es decir, comunidades por las que no sienten ni padecen. Pero la verdad es que la Junta Central Electoral es una realidad política, que se maneja por una lógica jurídico-política, tal y como lo acabamos de ver. Además de leyes, falta voluntad y claridad jurídica.

EL CHOQUE

J. Gerónimo

El PRD dice que el PLD quiere ubicar una ficha del Comité Central en la Superintendencia de Pensiones, para vencer resistencia a comprar bonos. Si es cierto, el PLD trataría de tener mejor suerte que cuando quiso designar al doctor Juan Ceballos, objetado en el CNSS por ser un hombre del PLD.

Persia Alvarez

Cuando Persia Alvarez fue llevada a la Superintendencia de Pensiones, se armó tremendo lío entre la jerarquía del entonces poderoso Baninter y el Gobierno de Hipólito Mejía. A la sazón,  Baninter entendía que Alvarez era una pieza clave del Banco Popular Dominicano.

EL PERSONAJE

Director de la omsa

Ignacio Ditrén

El ingeniero Ignacio Ditrén nos ha regalado la información de que se necesitan 600 guaguas o autobuses para ofrecer un servicio óptimo a los usuarios del transporte público. Pero la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA)  sólo posee 200 guaguas, 40 de las cuales operan en Santiago. Ditrén aspira a que el Gobierno compre esas guaguas. Nos dice que pronto llegarán 200 y él espera que a fin de año lleguen las otras. Sería interesante que alguien responda esta pregunta: ¿Cuántas guaguas ha recibido la Omsa desde que fue creada? Y esta otra: ¿dónde están esas guaguas? Hace tiempo que el Gobierno debió dejar el negocio del transporte público al sector privado. Con los años ha quedado claro que el Gobierno dominicano, sin importar el color del partido que lo administre, es un pésimo gestor del transporte público.

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