Sin importar los resultados de esta campaña electoral –y tal vez precisamente por ellos–, parece muy claro que la dirección del Partido Revolucionario Dominicano tendrá que revisar sus relaciones con los llamados “viejos robles” de la organización,  expresión que incluye a hombres y mujeres de altísimos méritos y grandes contribuciones a la historia de ese partido. La presencia de los imberbes en política ha sido notoria. Gente sin formación política, sin experiencia, gente que se ha sentado en varios bancos, no puede pretender dirigir a quienes han demostrado sus saberes en los hechos. Miguel deberá aprender muchas lecciones.

El choque

R. Guzmán F.

El asesinato a plena luz del día y en pleno centro de la Capital de la República de un hombre tan conocido como Rubén Soto dice que todavía aquí es posible cometer grandes crímenes sin dificultad alguna. La seguridad es precaria.

R. Jiménez

Si el Ministerio Público aspira a dirigir las investigaciones, como debe ser, tiene que ser más diligente, más proactivo. Ayer, era evidente que la Policía actuaba como mayor diligencia y presteza que la Fiscalía, en el lugar del asesinato de R. Soto.

El personaje

PTE. Cámara administrativa de JCE

 Roberto Rosario M.

Dicen algunos cercanos que el doctor Roberto Rosario Márquez se desenvuelve, como burócrata electoral, con una mezcla de supergerente y de hombre rígido. Sin dudas, dos características de los triunfadores y triunfadoras, sobre todo en una sociedad laxa. Sea lo que fuere, no hay dudas de que la Cámara Administrativa de la Junta Central Electoral ha hecho, en términos de gestión, una gran labor, un trabajo encomiable de planificación y ejecución de las distintas fases del proceso electoral. La cuestión política de las elecciones es otro cantar que rebasa las incumbencias de la Cámara Administrativa. Los doctores Roberto Rosario, César Francisco Félix y José Angel Aquino merecen, pues, ser aplaudidos y reconocidos.