Entre políticos se habla, cada vez con más insistencia, de lo que aparenta ser un fenómeno nuevo en la sociedad dominicana, como es la emergencia de periodistas que pueden ser considerados, por los bienes que poseen junto a sus familiares más cercanos, como millonarios de nuevo cuño. Los políticos hacen los comentarios con cierta amargura porque dicen que ellos están bajo la mirada escrutadora y permanente de la población y de los mismos medios de prensa. Se quejan porque estos y el Colegio de Periodistas conocen a los periodistas enriquecidos, ex pobres hace unos años, algunos incluso pobres de solemnidad, y ni los censuran ni les piden cuentas.
El choque
Bautista Rojas
Hace muy bien el secretario de Salud Pública cuando reclama a los censores del ex Presidente Carter que se excusen por sus pronunciamientos destemplados contra uno de los políticos más delicados y decentes del mundo.
Vincho Castillo
Los expertos en crítica textual y en hermenéutica todavía están tratando de entender qué quiso decir el doctor Vincho Castillo cuando dijo del doctor Fernández que tiene una tolerancia inaudita y que no reacciona.
El personaje
Procurador general de la república
Radhamés Jiménez
El refranero popular afirma que es mejor tarde que nunca. Esta sabiduría popular, de hondo sentido pragmático, viene muy a cuento a propósito de la investigación dispuesta por el Procurador General de la República en relación con la actuación de agentes policiales en el entorno del secuestro del joven de Nagua. Los agentes policiales dieron muerte a los dos hombres citados con insistencia por la Policía como los autores del secuestro. Pero los lugareños y el alcalde de Sabana Cruz han dicho una y otra vez que Cecilio Díaz y William de Jesús Batista Checo fueron entregados vivos. Y dijeron más: si hubieran sabido que los iban a matar, no los hubieran entregado a los llamados agentes del orden público. Hay que esperar, porque esto apunta gordo.