Comentarios en Breve
Un buen inicio de la CC

<STRONG>Comentarios en Breve<BR></STRONG>Un buen inicio de la CC

El Informe al Congreso Nacional  sobre el año fiscal 2008 es una buena manera de la Cámara de Cuentas iniciar, de cara a la opinión pública, un trabajo de fiscalización que la ley manda y que es necesario para salvaguardar el buen uso de los escasos recursos públicos.  Hemos de esperar que este  sea un primer paso de los muchos que la ciudadanía espera de esa entidad… Por cierto,  este Informe revela que todavía las secretarías de Estado carecen de un control estricto de las organizaciones no gubernamentales a las que entregan cada mes millones de pesos.  Además, estas ONG no son  muy dadas a rendir cuentas del uso de los fondos que reciben.

El choque

Mabel Féliz

La presidenta del Consejo de Drogas lanzó lo que se dice un buscapiés al sector oficial de lucha contra la droga, pero haciendo uso del recurso del silencio como medio de olvido, nadie ha dicho esta boca es mía.

Jorge Subero

El aguerrido presidente de la Suprema Corte de Justicia está listo para presentarse ante los asambleístas para explicarles las razones que tiene ese alto tribunal para objetar una Sala Constitucional independiente. ¡Suerte!

El personaje

Presidente  de la asamblea revisora

Reinaldo Pared Pérez

Aumentan cada día los indicios de que la ciudadanía pierde interés en la reforma a la Constitución de la República. Un primer factor tiene que ver con el hecho de que, contrario a lo que se esperaba, la reforma propuesta por el Poder Ejecutivo es un manojo jurídico profundamente conservador. Todo parece un gatopardismo: cambiar para que todo siga igual. Juristas de mucho prestigio han demostrado que el Poder Ejecutivo saldría más poderoso y que la Suprema Corte de Justicia podría perder vigor frente a ese mismo Poder Ejecutivo. Además, los asambleístas han sido, hasta el momento, renuentes a aceptar las observaciones que se hacen desde la opinión pública. En la reforma también se ha impuesto, hasta ahora, la visión partidaria. Y para colmo, los propios asambleístas lucen desganados.

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