¿Recuerdan “Hombres de maíz”,  la célebre novela del premio nobel guatemalteco Miguel Angel Asturias?  Así también hay “hombres de dinero”.  Pero ocurre que hay negocios tan importantes y estratégicos para las  sociedades humanas que no pueden seguir siendo ejercidos con una vocación exclusivamente mercurial.  Sin satanizar el dinero,  hay que decir que es necesario distinguir entre las rentabilidades.  La humanidad tendrá  que negociar un nuevo pacto social para recoger velas y evitar que la  educación,  la  salud  y la  comunicación social  sigan siendo vistas y ejercidas como medios para obtener riquezas.  Estas actividades tienen  que ser sostenibles, pero de ninguna manera fuentes de riquezas, de acumulación de capital y de monopolios.

El choque

Yeni B. Reynoso

La imagen de la elegante Fiscal de Santiago, la doctora Yeni Berenice Reynoso, se elevó y volvió a demostrar su talante de mujer a la que le pesan los ruedos de su vestido. Logró que se reconsiderara la coerción contra Pedro Luis Báez, un bárbaro que asesinó a su amante a puñaladas.

Jorge Subero

El caso del magistrado Gabriel Marchena, cuya anémica sensibilidad jurídica lo llevó a ordenar la libertad con una garantía económica para un hombre que confesó un feminicidio, tiene que ser abordado por la Suprema Corte de Justicia. Porque la Justicia no puede permitirse fallos de esa naturaleza.

El personaje

Síndico  del distrito nacional

Roberto Salcedo

Si, como revela una nota publicada ayer por el diario El Caribe, el honorable alcalde de la Capital de la República practica el ausentismo laboral durante meses, la situación del país y del partido de Gobierno es grave. Porque no se entiende, ni se comprende, ni se explica que nada más y nada menos que el alcal de Santo Domingo sea un funcionario inalcanzable para sus ejecutivos y empleados, quienes, según la nota, tienen que valerse de su seguridad para determinar dónde está para ir a tratarle asuntos propios de su investidura. Los ediles han dicho, por ejemplo, que nunca han visto al señor Roberto Salcedo en una sesión del cabildo. Es decir, que no actúa ni interactúa con su cuerpo legislativo. Hemos de pensar que en todo esto hay un poco de exageración, porque si es verdad absoluta todo esto que se dice y se escribe, entonces hemos de preguntarle a Dios por qué tanta mala suerte.