Es evidente que entre empresarios  y el Gobierno está pactada una lucha en varios niveles. Y tal parece, por el tiempo que lleva el enfrentamiento, que se trata de una lucha sin tiempo. Esta lucha no es de ahora.  Data de los días de las reformas  fiscales sometidas por el Gobierno al Congreso Nacional. Pero ahora, cuando el Gobierno luce cansado, agotado y cuando muchas de sus políticas alegres hacen agua, el enfrentamiento se ha recrudecido y la intensidad aumenta con el correr de los días.  Los temas están claros:  las políticas eléctricas están fracasadas, la  corrupción acogota e irrita a la población, el endeudamiento crece y bulle la alegría del gasto público y aumenta el prebendalismo burocrático.

El choque

Licelott Marte

La respetada presidenta de la Cámara de Cuentas haría bien en proponer a su Pleno la inclusión de dos auditorías que deben hacerse cuanto ante: una al “barrilito” de los Senadores y la otra al Consejo de Desarrollo de Bonao.

Melanio Paredes

Como el secretario de Educación dijo que su cartera no tenía cómo gastar el equivalente al 4% del PIB que se pedía para educación, ahora se ha quedado solo y ningún sector sale a pedir dinero al gobierno para Educación.

El personaje

Reinaldo Pared Pérez

Secretario General PLD

Siempre se ha dicho que el poder une. Es decir, a un partido político le es más fácil estar compactado cuando está arriba, sobre la célebre silla de alfileres, que cuando está abajo, en la oposición. Algunos analistas creen que si el PLD estuviera abajo probablemente estuviera dividido o con serias confrontaciones internas. Cada vez son más las ausencias de sus figuras más representativas en los primeros planos de la opinión pública. Pocos líderes históricos aparecen. Ya los téoricos no hablan mucho. Ni siquiera ahora, cuando la organización cobra los efectos de las duras críticas que se hacen a la administración Fernández. Los pocos que hablan lo hacen, más que como dirigentes del PLD, como funcionarios importantes del gobierno. Hay un silencio que habla.