Por ALEIDA PLASENCIA
Los artesanos de los “charamicos” ya comenzaron a prepararse para atender la demanda de fin de año. Abandonaron sus labores habituales en tareas que realizan en el período enero-septiembre, tales como cultivo de la tierra, construcción de viviendas, “motoconcho”  mensajería y jardinería,  para dedicarse a fabricar adornos propios de  Navidad.

En avenidas como la Winston Churchill y la Núñez de Cáceres se observa cómo grupos de obreros  trabajan como hormigas. Pican bejucos, clavan y lijan,  formando imitaciones del Niño Jesús,  arbolitos, estrellas de Belén, bolas, canastas, nacimientos y  José y María.

La mayoría de los artesanos dedicados a esta labor  trabaja entre 12 y 15 horas diarias en estos días. Es con el propósito de  tener listas las mercancías  y aprovechar el flujo de clientes que desde finales de este mes sale en busca de los artículos propios para  decorar  hogares, comercios y ambientes festivos.

El bejuco es su  principal materia prima. Utilizan además, clavos, lija, seguetas, martillos y tijeras.

El bejuco (planta cuyos tallos son largos, delgados y flexibles)   lo obtienen a través de suplidores que lo traen de algunas lomas  cercanas, de Yamasá, por ejemplo.

Artesanos

Cesáreo Contreras es   un artesano que, a diferencia de sus compañeros de labores ocasionales,  vive del bejuco durante todo el año.

 De enero a septiembre fabrica canastas, tarros y otros artículos para suplir una jardinería. Al final de cada año concentra sus esfuerzos a la  confección  de adornos de Pascua fabricados en bejuco, los denominados “charamicos”.  

Vende la mayoría  en la avenida Winston Churchil, próximo a Multicentro. Todavía no ha elaborado arbolitos para esta temporada, pues está concentrado, junto a otros cuatro artesanos, entre ellos algunos parientes, a las canastas, bolas, nacimientos, camellos, angelitos y burritos. Desde el lunes en adelante, el fuerte es la confección de arbolitos.

Florentino Peña es de Rancho Arriba,  San José de Ocoa. “Vengo aquí por temporada, a “bregar con los charamicos”. El resto del año me la busco en agricultura, albañilería y diferentes cosas”, sostiene Florentino. Contreras es su patrono en esta actividad. Le paga entre RD$250 y RD$300 diario, dependiendo de cuánto rinda el trabajo. Hay obreros, compañeros suyos que ganan menos de RD$200 diario fabricando adornos navideños, pues el jornal depende de la agilidad del artesano, dice Florentino  mientras teje una canasta.  “Esto se  aprende mirando”, comenta.

Rafelo Contreras, hermano de Cesáreo, tiene 15 años dedicado a tejer canastas y fabricar tarros de bejucos para una jardinería. Estima que del día 15 de octubre en adelante comienza un flujo significativo de compradores.

Precios

“Tenemos mercancías navideñas desde RD$15 en adelante, una bola por ejemplo”, dice Rafelo Contreras.

“El niño Jesús lo vendemos, el más pequeño, a RD$75”.  El precio depende del  tamaño.

Los arbolitos navideños que comenzarán a fabricar el lunes lo venderán desde RD$700 en adelante.

Próximo a la avenida 27 de Febrero, en la Winston Chirchill está Gilberto Jiménez, artesano con 20 años en el oficio. Junto a cinco empleados prepara árboles navideños. Toma como base “charamicos” secos pintados de blanco. Elabora también canastas, carretilas y otros adornos de decoración navideña.

En el período  enero-septiembre hace canastas y tarros para una jardinería y varios viveros.

 Jiménez se  queja de que personal del  Ayuntamiento del Distrito Nacional limita mucho el trabajo  de  comerciantes informales como él.