«Comer es primero» impacta entre pobres

«Comer es primero» impacta entre pobres

POR LLENNIS JIMÉNEZ
Con el rostro apesadumbrado, su pequeño hijo en brazo y un deseo enorme de comprar todo cuanto había en el mostrador del almacén, Carmen Sánchez, apartaba las ocho libras de arroz, el chocolate y otros escasos productos que pudo adquirir con la tarjeta de RD$550 que le entrega el gobierno todo los meses.

La humilde mujer es una de las cientos de beneficiadas del programa Comer es Primero.

Con la tristeza de la pobreza dibujada en la cara, la ama de casa, residente en el sector Capotillo, en la parte norte del Distrito Nacional, aguardaba su turno en medio de una larga fila del Mercado Nuevo, donde ayer despachan los alimentos dos bodegas afiliadas al programa gubernamental.

La parte trasera del Mercado de la avenida Duarte estaba bastante concurrida de mujeres y hombres de escasos recursos, que se trasladaron de los barrios cercanos a retirar los productos por el valor de la tarjeta que reciben el día diez de cada mes del Gabinete Social.

La alegría de estas personas no tenía limites, sin embargo, cuando notaban que luego de solicitar unos que otros productos básicos, podían agregar una lata de leche evaporada o un cartón de leche en polvo de 125 gramos.

Con el aporte de los RD$550 acreditados por el Estado, a través del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), las familias pobres adquieren en el Mercado Nuevo, casi siempre, 20 libras de arroz superior, a RD$12 cada una. Medio galón de aceite, valorado en RD$80; una libra de cualquier variedad de pasta, como espaguetis o mostachones. Una libra de salami, cuyo costo es RD$45. También un pote de vinagre, una sardina en lata corriente, varios cuadritos de caldos de pollo, algunos huevos, salsa y otros sazones.

A eso de las 10:00 de la mañana de ayer, Eridania Filpo se desplazó de Capotillo al Mercado de la avenida Duarte en busca de 15 libras de arroz, una libra de aceite, una funda de leche, dos libras de habichuela y diez caldos de pollo.

«Si la tarjeta me da para algo más, porque otros productos que me hacen falta en la casa», sostuvo con voz tímida la mujer, madre de dos hijos y desempleada. Afirmó que 15 libras de arroz le dura para ocho días.

De su lado, Rosa Carmona, madre soltera, dijo que usa la tarjeta en forma fraccionada, ya que trata de comprar más leche que otra cosa, porque la prioridad de su casa es la alimentación de sus dos vástagos. La mujer solo pudo pagar una libra de arroz con el poco dinero efectivo que tenía en un carterón de tela que, constantemente se cambia de hombro.

José Manuel Encarnación, beneficiado con la tarjeta número 365000072027, la cual no puede transferir, busca este viernes 25 libras de arroz, un salmón y otros artículos que no había especificado. El hombre residente en la calle 42 de Capotillo, indicó que usa la tarjeta porque no recursos para mantener a sus dos hijos, ya que paga casa y no tiene empleo permanente.

Manuel Antonio González, dependiente de casa González, ubicada dentro del Mercado Nuevo y donde opera el SIUBEN, indicó que si los propietarios de las tarjetas saben utilizarlas, les alcanza hasta para abastecerse de habichuela, azúcar, mayonesa y arenque.

Cientos de personas frecuentaban los almacenes de provisiones que les despachaban alimentos de primera necesidad y que no incluyen bebidas alcohólicas, refrescos, cigarrillos, ni dulces.

Aunque las familias de escasos recursos sostienen que la tarjeta ha sido lo mejor que han recibido del gobierno, algunas amas de casas se quejaban de que debería ampliarse el crédito a RD$1,000. Otras piden al gobierno que mantenga el precio del Gas Licuado de Petróleo (GLP) y que evite el aumento de las viviendas y los colegios.

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