PUERTO PRINCIPE. AFP. Los comerciantes del centro de Puerto Príncipe no solamente perdieron a familiares y mercancías tras el sismo que devastó su ciudad, sino que ahora arriesgan sus vidas al intentar defender lo poco que les quedó.
«Los mismos que nos robaron ayer son los que ahora me ayudan a cargar el camión», explica a la AFP María del Carmen González, una dominicana de 36 años que parece diminuta encima de una enorme montaña de basura.
Delante suyo, una fila de hombres sudorosos saca frenéticamente cajas con equipos climatizadores de la tienda y los carga en un destartalado camión.
A un lado de la tienda, en la calle de los Milagros, acaba de resucitar un cadáver putrefacto de entre los escombros, por obra y gracia de una excavadora.
Doce días después de un sismo que devastó la ciudad, los trabajos de limpieza empezaron en un clima de caos y de desesperación para miles de habitantes.
«¿¡Eh tú!? ¿¡Pa’ dónde vas tú con eso!?», grita enfurecida María del Carmen en español a uno de los «voluntarios» para ayudarla.
«Ayer entraron en la tienda y hoy me aparecen estos y me dicen que me van a ayudar a cargar el camión», explica desalentada.
María del Carmen no tiene otro remedio que aprovechar esa sospechosa casualidad. Los días pasan y el centro de la ciudad es cada vez más peligroso. El pago se hará al final de la jornada, dice. Cuatro policías también rondan. María del Carmen dice que a ellos hay que pagarles 300 dólares.
Su mercancía nunca estuvo asegurada al 100%. «No pensamos nunca que iba a ocurrir algo así», explica.