Comiendo con su dama

Comiendo con su dama

El doctor Leonel Fernández no tiene oposición. El país va de mal a peor pero no hay nadie que analice, desde el interés nacional, ninguno de los graves problemas que nos amenazan. El señor Fernández, como dueño supremo de la Nación, ha dado “luz verde” para que cada porción del país se le “conceda” a unos cuantos traficantes por un montón de miles de millones de dólares, para montar complejos turísticos, explotación minera de todo tipo, o para el gran negocio de la especulación inmobiliaria. Lo de la cementera de los Haitises  es solo una primera y pequeña muestra.

Su ministro de finanzas califica de “complejo de Guacanagarix”, a toda actitud de prudencia en relación al endeudamiento externo e interno, y negocia un Bono Soberano de casi 40,000 millones de pesos, no sujeto a ningún control, para asegurarle al faraón el dinero necesario para comprar las elecciones de medio tiempo.

Mientras tanto, tal como denuncié en una ponencia que presenté en el pasado seminario internacional celebrado el 1 y 2 de noviembre pasado, 600,000 personas están empleadas en el tren gubernamental, y esta nómina crece cada día que pasa, mientras las inversiones productivas del gobierno se reducen casi a cero (a excepción de las mega obras que “dejan” suculentas comisiones), los productores son abandonados, los presupuestos de salud y educación se reducen y la delincuencia, el narcotráfico y la impunidad llegan a niveles nunca imaginados.

Y las cúpulas de los tres partidos profundizan su traición y abandonan a la parte sana de su membresía, sin que nada pase.

Estoy seguro que no pasará mucho tiempo para que surja una oposición seria, firme e incorruptible y una prensa que no solo respete la cacareada “libertad de prensa” sino que se disponga a denunciar sistemáticamente todo lo malo que pasa y ha pasado en el país, sin respetar altares.

A eso es que tenemos que apostar. Por eso es que tenemos que trabajar. Si no, el país va seguro a un abismo.

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