Como es indefectible en el calendario, llegó la fecha de Ramadán, el mes sagrado en el almanaque musulmán, y los palestinos comenzaron a ayunar sin el esperado cese de fuego en Gaza. Las conversaciones parecen estancadas y la situación humanitaria se agrava.
Las acusaciones por el fracaso de las negociaciones por la tregua y el intercambio de secuestrados por presos son mutuas, a pesar de que el presidente estadounidense, Joe Biden, responsabilizó principalmente a Hamás.
Mientras, proliferan los planes para introducir ayuda humanitaria a Gaza. Luego de que por lo menos cinco palestinos perecieron al no abrirse el paracaídas de uno de los envíos aéreos de ayuda y un centenar murieron en una avalancha al descargar camiones con alimentos, Estados Unidos planifica desplegar en la costa de Gaza un muelle flotante.
El objetivo es poder descargar alimentos desde buques y Gran Bretaña envió transbordadores para poder, hasta la conclusión dentro de dos meses de ese proyecto, descargar alimentos directamente en la playa. Pero ninguna de las partes ha resuelto aún la cuestión de la seguridad y la distribución de esa ayuda humanitaria en Gaza.
En Jerusalén, la policía impidió la entrada a la mezquita de Al Aqsa a centenares de jóvenes palestinos para la primera oración del mes de Ramadán, en contra de las promesas del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de que no habría restricciones a la libertad de culto.
La guerra en Gaza comenzó después de que milicianos liderados por Hamás asaltaron el sur de Israel el 7 de octubre y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, además de llevarse unos 250 rehenes. Tras el intercambio del año pasado, Hamás mantiene en cautiverio a unas 100 personas y los restos de otras 30 ya fallecidas.
Netanyahu y Biden, enfrentados
Netanyahu está “perjudicando” a su país más de lo que lo está ayudando, dijo dijo Joe Biden en una entrevista en MSNBC. Una ofensiva terrestre en Rafah es una «línea roja» que no debe cruzarse, dijo el presidente de Estados Unidos.
Son unas críticas «falsas e infundadas», proclamó por su parte el primer ministro israelí en una entrevista con la revista Político.
«Si el presidente estadounidense quiere decir que los intereses que defiendo van en contra de la voluntad de la mayoría de los israelíes y que eso va en detrimento de los intereses de Israel, se equivoca en ambos aspectos. Se trata de cualquier cosa menos de intereses privados. La inmensa mayoría de los israelíes me apoya», afirma Benjamín Netanyahu.