Comienza hoy «La fiesta de la música»

Comienza hoy «La fiesta de la música»

Bogotá (EFE).- La pasión de los colombianos por el tango se ha avivado con el setenta aniversario de la muerte de Carlos Gardel, cuya vida y obra originó en Colombia un fenómeno cultural que ha ido de la mano de la misma tradición argentina.

Es un fervor que se conserva en cafetines, auditorios de música o escuelas de danza, y que para aficionados australes, como dijo a EFE el embajador argentino en Bogotá, Martín Antonio Balza, despierta admiración, pero también aprehensión en el momento de compartirlo.

«Acá (en Colombia) se conoce muchísimo de tango y de Gardel, tanto o más que en la Argentina», declaró el diplomático, quien hace un año, con sólo unos pocos meses de misión en el país, recibió la ineludible invitación de hablar del «Morocho del Abasto» o el «Zorzal criollo» ante la comunidad «gardeliana» de Medellín.

Balza viajó a esa ciudad colombiana con motivo del aniversario 69 de la desaparición de Gardel, que murió allí el 24 de junio de 1935, cuando el avión en el que viajaba chocó con otro en la pista del aeropuerto local.

El intérprete, compositor y también actor de origen francés hacía entonces una gira por Colombia que la tragedia cortó en Medellín, donde un día antes se despidió con un «hasta siempre» al finalizar un recital que cerró con la canción «Tomo y obligo». Es «admirable la influencia, la penetración y la vigencia que Gardel y el tango han tenido en Colombia», destacó el embajador, quien no dejó pasar la ocasión de este nuevo aniversario de la muerte del «Zorzal criollo» para proponerle al país una flamante conmemoración.

La iniciativa fue acogida por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá (IDCT), cuya titular, la mezzosoprano Martha Senn, la asumió como un reconocimiento al «fenómeno cultural» del tango en la capital colombiana, como también en Medellín.

«Es un patrimonio universal de la música y la danza que ha trascendido las fronteras argentinas», afirmó la cantante lírica, en cuyo repertorio para recitales aparecen con frecuencia piezas de tango clásico, inspiradas en el canto popular.

Un canto que, según dijo ella a EFE, tuvo en el «Morocho del Abasto» el representante más excepcional.

El «Zorzal criollo», afirmó Martha Senn, «realmente fue un artista con tal grado de fuerza interpretativa, con tal capacidad de comunicación, con una proyección desde su físico tan fuerte y una manera tan personalizada de interpretar, que hoy en día no se puede pensar en tango sin pensar en Carlos Gardel».

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