Los testigos han hablado y los actores políticos han dejado claras sus posiciones. Ahora, los investigadores le explicarán al público por qué creen que debe llevarse a cabo un juicio político.
Ayer se estaban compilando cientos de páginas de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes para preparar un amplio informe, en el cual se empezará a perfilar si el presidente Donald Trump cometió “traición, soborno o crímenes y delitos menores desde una posición de poder” al retener 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania mientras presionaba a ese país para que investigara a su oponente político Joe Biden. El informe podría ser dado a conocer incluso la semana próxima. Lo que cada bando se juega es cada vez más grande.
Los estadounidenses siguen profundamente divididos en torno a la cuestión del juicio político, a pesar de horas de testimonios, y ahora parece que la polarización del país tendrá un desenlace: los demócratas están listos para votar en favor de enjuiciar al presidente, mientras los republicanos le respaldan firmemente.
El envío del caso a la Comisión de Asuntos Jurídicos de la cámara baja, que está lista para iniciar su propia ronda de audiencias de testigos en diciembre, proporciona una oportunidad más de influir en la opinión pública antes de una votación en la Cámara de Representantes prevista para Navidad y de un juicio en el Senado en 2020. “La evidencia que hemos recabado hasta ahora de que el presidente procedió de manera ilegal e ímproba es clara y difícilmente refutable”, les dijo el presidente de Comisión Inteligencia Adam Schiff ayer. “Lo que nos falta es decidir si este comportamiento es congruente con la oficina de la Presidencia, y si ello garantiza aplicar proceso constitucional de juicio político”.
Los republicanos no están necesariamente refutando la evidencia, pero insisten en que el mandatario no hizo nada malo.