POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional inició el pasado miércoles, la limpieza y secado de la laguna que inundaba decenas de tumbas en la manzana 6-0 del cementerio Cristo Redentor.

La Dirección de Servicios Públicos del Ayuntamiento dispuso la extracción del agua que tapaba la zona y el corte de los árboles secos.

Una brigada del Cuerpo de Bomberos utilizaba una bomba para recoger el agua y la tierra húmeda.

El pantano se formó en la manzana 6-0, donde se encuentra la parte más baja del camposanto y se extendió hasta los bloques contiguos.

Alrededor de un metro de altura alcanzó el agua, la que luego subió por la presión de las ramas de los árboles secos.

Para poder recoger los desechos de la laguna que daba problemas desde hace aproximadamente un año, los obreros tuvieron que desviar la dirección del filtrante, que se había tapado. Los bomberos cortaron los árboles secos, comenzaron a retirar la basura y a cortar los arbustos que se adosaban a las tumbas.

Albañiles indicaron que a la laguna iba a parar la mayor parte del agua que no pasaba por el alcantarillado, el cual tenía una parte en mal estado.

El Ayuntamiento está eliminado la suciedad de los pasillos que separan a las tumbas, en los que no hay rastro de la colocación de pavimento. Los caminos se llenan de tierra por falta de asfalto.

El nicho donde reposan los restos de Leticia Díaz fue cubierto por el lodo, al igual que la de María Adelaida Abreu Yépez. A algunos depósitos de cadáveres no se les encuentran las cruces.

Los escombros separados del lago fueron depositados en la calle principal, para continuar este viernes los trabajos de acondicionamiento.

El lugar luce diferente, pero amerita de mucho mantenimiento. Los árboles silvestres crecen en el Cristo Redentor sin ninguna regulación, ya que cada propietario de panteón y tumba, siembra lo que quiere. En el cementerio se encuentran desde flores, árboles de sombra hasta enredadera que se pegan en la ropa.

Uno de los problemas del Cristo Redentor lo ocasiona la irresponsabilidad de las personas que se olvidan de higienizar el entorno de la morada de sus difuntos. Muchos van al cementerio cuando deben sepultar a alguien, y, en esos casos, la prisa no les da tiempo para acomodar las tumbas y los panteones. Aunque existen espacios en los que la gente se preocupa por la presencia de sus propiedades.

Constructores de propiedades en el Cristo Redentor dicen no saber la fecha en que la manzana 6-0 estará libre de aguas servidas y basura. Sin embargo, los albañiles confían en que se mantenga el ritmo de los trabajos y la decisión de prestarle atención al cementerio.