Desde las 7:00 de la noche del pasado jueves, periodistas con cámaras, grabadoras y micrófonos de los principales medios de comunicación de República Dominicana aguardaban la presencia de Pablo Milanés en un breve espacio del hotel Hilton Santo Domingo.
La amarga noche terminó a las 10:00, cuando el empresario artístico Félix Cabrera agrupó a los pocos comunicadores que allí quedaban para pedir disculpas porque supuestamente Hugo Cancio, el manager del señor que canta Acto de fe, no le había informado del encuentro.
Es por eso que Milanés le pasó por el lado a los periodistas y ni se inmutó, a pesar de que esta noche cantará en el Teatro Nacional Eduardo Brito de la Capital y el próximo sábado, 8 de octubre, en el Gran Teatro del Cibao, en Santiago de los Caballeros.
Los comunicadores queremos pensar que el cantautor no quería que le hicieran preguntas relativas a la situación que tiene en su propio país, donde el Gobierno emitió una orden para que no suenen sus canciones, o las opiniones adversas que generó su primera presentación en Miami (la capital del exilio cubano) hace unas semanas.
La actitud de este artista cubano contra medios dominicanos no es fortuita, pues en otras ocasiones ha protagonizado desplantes a medios de República Dominicana, como el que le hizo al fenecido Freddy Beras Goico en su programa El Gordo de la Semana, ganándose una fuerte pela de lengua por parte del presentador, o los inconvenientes que tuvo años atrás en El Show del Mediodía.
De qué callada manera Pablo, los periodistas dominicanos estamos seguros que jamás te preguntarás ¿cuánto gané, cuanto perdí? en aquel breve espacio. Total, ¿que más te da? La prepotencia que daña al hombre no le permitió a Milanés tender la mano al pasar, a lo que solo nos resta decirle en esta otra ocasión: pobre del cantor.