Comité Senado EU aprueba reforma
migratoria amplia

Comité Senado EU aprueba reforma <BR>migratoria amplia

WASHINGTON,  (AFP) – El Comité Judicial del Senado estadounidense aprobó ayer un proyecto de ley que endurece los controles fronterizos, crea visas de trabajo temporarias y legaliza a millones indocumentados sin que salgan del país, en medio de masivas protestas de inmigrantes.

   “Nuestra legislación es amplia, incluye un programa de trabajadores temporarios e incluye un plan para tratar el tema de los aproximadamente 11 millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos”, dijo el presidente del Comité Judicial del Senado, Arlen Specter (Pensilvania), al cerrar siete horas de discusión.

El proyecto de ley aprobado por 12 contra 6 votos difiere considerablemente del adoptado a fines de 2005 por la Cámara de Representantes, que se limita a endurecer los controles fronterizos y penalizar a los inmigrantes pero no habla de visas temporarias ni de hallar solución para los indocumentados. El pleno del Senado tenía planeado comenzar a debatir el proyecto de ley este martes, pero la discusión podría ser aplazada por razones técnicas, dijo a periodistas un ayudante del líder de la mayoría republicana, Bill Frist (Tennessee).

Los senadores podrán presentar nuevas enmiendas al proyecto de ley durante el debate en la Cámara alta, que duraría unas dos semanas.

“Habrá una controversia considerable cuando el proyecto de ley llegue al pleno del Senado”, estimó Specter, que sin embargo se mostró optimista sobre su eventual aprobación.

“Espero que el senador Frist inmediatamente sustituya su proyecto de ley mal concebido por un plan integral cuando el Senado comience (…) el debate en el pleno”, indicó el líder de la minoría demócrata del Senado, Harry Reid, en referencia a la voluntad de Frist de sustituir el proyecto de Specter por uno más duro y limitado.

El texto aprobado este lunes crea visas de trabajo temporarias por hasta seis años para inmigrantes con trabajos poco calificados, y les ofrece luego un camino para obtener la ciudadanía, a raíz de la aprobación de una enmienda presentada por el demócrata Edward Kennedy.

La propuesta de Kennedy prevé otorgar al menos 400.000 visados por tres años, renovables una vez por un total de seis años. Prevé fuertes protecciones laborales para los trabajadores y visas para sus familiares, así como un camino para que obtengan la residencia permanente y la ciudadanía.

“La aprobación de mi enmienda de trabajadores temporarios fue un fuerte paso adelante”, se congratuló Kennedy en un comunicado.

El proyecto legalizaría asimismo a los indocumentados que hayan trabajado seis años en el país si pagan una multa, demuestran que no tienen antecedentes penales y aprenden inglés, entre otros requisitos. También les abre un camino a la ciudadanía cinco años más tarde.

“Este proyecto de ley es un viaje de 11 años”, resumió el senador Bob Graham (demócrata, Florida).

“La opción de hacer que los extranjeros indocumentados regresen a sus hogares es una decisión muy, muy difícil, no hay duda que han violado la ley estadounidense (…) pero es irrealista” enviarlos de regreso, estimó Specter.

“No queremos 11 millones de fugitivos, que es lo que tenemos ahora”, añadió.

El Comité aprobó “un proyecto de ley bipartidario que refleja la mayoría del pueblo estadounidense”, se congratuló por su lado el republicano John McCain (Arizona), co-autor junto a Kennedy de un proyecto de ley sobre el tema.

La reforma migratoria, uno de los temas más controvertidos en llegar al Congreso en años, pasó a primer plano en los últimos días a raíz del cabildeo del presidente George W. Bush y las multitudinarias protestas de inmigrantes en todo el país, sobre todo la que reunió a medio millón de personas en Los Angeles el sábado.

“El Congreso necesita aprobar un proyecto de ley amplio. Eso otorga seguridad en la frontera, mejora la aplicación de la ley a nivel doméstico y crea un programa de trabajadores temporarios para reforzar nuestra seguridad y nuestra economía”, dijo Bush el lunes, al participar en una ceremonia de naturalización en la cual unos 30 extranjeros se convirtieron en estadounidenses.

El texto del Comité Judicial va incluso más allá de la propuesta de Bush de permitir a los inmigrantes ocupar de manera temporaria los empleos que los estadounidenses no quieren, ya que éste se opone a legalizarlos de manera permanente o a otorgarles la ciudadanía.

Bush viajará a fines de esta semana al balneario mexicano de Cancún para una reunión con el presidente de México, Vicente Fox, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, en la cual la migración y la seguridad fronteriza serán los principales temas de la agenda.

Las protestas de inmigrantes contra la reforma aprobada por la Cámara de Representantes en 2005, que consideran draconiana, se continuaron el lunes desde California hasta las escaleras del Capitolio estadounidense.

En Los Angeles, decenas de miles estudiantes de barrios de mayoría hispana abandonaron las aulas para marchar en las calles.

Unas 50.000 personas -según la policía- se lanzaron también a las calles de Detroit para levantar su voz por las mismas razones, mientras en San Francisco más de 3.000 alumnos se manifestaron también en las calles, cerca de 4.000 en Dallas y otros cientos en Houston.

En Washington, unos 2.000 inmigrantes y decenas de líderes religiosos -según cifras de los organizadores- también protestaron frente al Congreso.

Si el Senado aprueba finalmente un proyecto de ley, representantes de ambas Cámaras deberán reunirse en conferencia para conciliar los dos textos, una etapa complicada en la cual la reforma migratoria puede quedarse en el intento, estiman expertos.

Crecen las protestas
Washington, (EFE).- Decenas de religiosos cristianos, musulmanes y judíos marcharon ayer hasta el Congreso de EEUU para protestar por la proyectada reforma de la ley de inmigración, un día después de multitudinarias manifestaciones por ese mismo motivo.

Los religiosos, que llevaban las manos esposadas, estuvieron acompañados por más de un millar de inmigrantes que portaban banderas de sus respectivos países y algún estandarte de la Virgen de Guadalupe y algunos los chalecos anaranjados que distinguen a los que trabajan en el arreglo de calles y parques.

Además de esta protesta en Washington hoy hubo marchas en Detroit, Michigan, y en Huntington Park, California, en coincidencia con el comienzo de la discusión de la reforma legal en el Comité Judicial del Senado.

Aparentemente, el clamor de los cientos de miles de personas que participaron en las manifestaciones que tuvieron lugar el domingo en Los Angeles, Chicago, Nueva York, Dallas, Phoenix, Milwauke, Columbus y otras ciudades de EEUU, tuvo ya repercusión en el Senado.

Una enmienda, propuesta por el demócrata Dick Durbin, para eximir a los grupos religiosos, de asistencia social y médica, y de beneficencia de la penalización prevista en la reforma para quienes ayuden a los inmigrantes sin permiso fue aprobada hoy por el Comité.

La multitud reunida en torno a los religiosos en la explanada frente al Capitolio aplaudió al conocer la noticia.

Las plegarias elevadas por los pastores cristianos, los rabinos y los imanes fueron seguidas por la multitud con la letanía “todos somos hijos de Dios”.

Los religiosos se colocaron esposas como símbolo de su determinación de violar la ley para seguir ayudando a los inmigrantes.

“Llamamos a Dios para que proteja a todos los inmigrantes en este país”, dijo el imán Johari Abdul Malik, del Consejo Coordinador de Organizaciones Musulmanas en Washington DC. “Dios, congrega a tus hijos y escucha sus plegarias”.

La reforma migratoria, aprobada en diciembre pasado en la Cámara de Representantes, propone, entre otras cosas, convertir en un delito la inmigración ilegal y privar de la ciudadanía estadounidense a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos.

“Esta ley es inaceptable y va contra los valores fundamentales de Estados Unidos”, dijo a EFE Bakary Tandia, del Comité de Servicios Africanos, un grupo que ayuda a inmigrantes en Nueva York.

En Estados Unidos, donde más de 35 millones de habitantes han nacido en el exterior, hay entre 10 y 12 millones de inmigrantes indocumentados.

“La violación de la ley de inmigración es una infracción civil”, agregó Tandia. “No es un crimen. Tampoco puede convertirse en criminal a un niño recién nacido porque sus padres estén aquí como inmigrantes indocumentados”, agregó.

La posibilidad de que sean declarados delincuentes millones de personas que viven y trabajan pacíficamente en el país, y de que también sean acusados de violar la ley quienes les dan ayuda, ha levantado una ola de protestas, encabezada por organizaciones religiosas, sin precedentes en dos décadas.

“Esta ley ha despertado al gigante dormido -la población inmigrante- que se levanta para decir: ‘no nos vamos, y si nos van, regresamos’”, proclamó José Rodríguez Marín, obispo de la Iglesia Hispana de Dios en Nashville, Tennessee.

El pastor Eun San Lee, de la Iglesia Metodista Unida, en Colorado, dijo que las organizaciones religiosas “lanzarán una campaña para el registro de inmigrantes para que voten en una proporción como la que jamás se ha visto en este país”.

Dos horas antes el presidente George W. Bush, que asistió a una ceremonia de nacionalización de inmigrantes, dijo que “nadie debería exacerbar los temores de la gente, ni debería incitarse a unos vecinos contra otros”.

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