Cómo ahorrar manteniendo el mismo ingreso

Cómo ahorrar manteniendo el mismo ingreso

Uno de los mayores beneficios que obtendrás de llevar a cabo un presupuesto mensual será poder identificar con facilidad ese aspecto donde tienes la oportunidad de reducir tus gastos.

Te invadirá un sentimiento positivo cuando veas que estás ahorrando para alcanzar tus metas personales, en lugar de constantemente gastar en asuntos no planificados.

Aquí te damos cuatro ejemplos de gastos familiares que merece la pena analizar para ajustar: comida, energía eléctrica, transporte y arreglo personal.

Estas ideas pueden servirte de referencia para analizar tu situación financiera personal, pues en general todas las partidas que necesites o te propongas ajustar pueden ser mejoradas.

Lo ideal es que puedas adoptar hábitos diferentes y ejecutar un nuevo plan de forma consciente y constante.

  1. Explora si es posible encontrar espacio para ajustar tus gastos destinados a comida. Por ejemplo, no es un secreto que preparar la comida en casa es más barato que comer fuera. Un buen paso sería empezar creando un menú semanal que te servirá de guía para hacer la lista de la compra, de manera que te limites a adquirir los artículos que verdaderamente necesitarás. Llevar cada ítem anotado te servirá para no comprar de más en el súper y te ayudará a planificar recetas para aprovechar todo, reduciendo la tentación de ordenar comida preparada, que resulta más costosa.

¿Sabías que probar recetas que no lleven carne puede significar un gran ahorro en tu menú semanal? Puedes probar nuevos platos a base de vegetales, como un soufflé de verduras, u otras recetas que contengan vegetales ricos en nutrientes como: berenjenas, brócoli, coliflor, entre otros. Estos pueden brindarle novedad al menú habitual y, de forma notable, traducirse en un ahorro en la compra del súper. Ponlo a prueba para que veas la diferencia, te sorprenderás al lograr un ahorro mínimo de mil pesos semanales estableciendo en el menú un día sin carne.

Otra buena idea es estar más pendiente de las ofertas de los supermercados. Algunas cadenas programan días de rebajas y algunas tarjetas de crédito te ofrecen descuentos adicionales. No obstante, ten precaución al aprovechar ofertas. Procura que esto no te incentive a comprar lo que no necesites. Hacer el menú de la semana puede ayudarte a evitar el impulso de comprar un artículo solo porque está en oferta.

  1. Para el ahorro de energía, aprovechando los días en los que clima es menos caluroso, procura no encender el aire acondicionado y opta por usar el abanico. Otra opción es subir un grado a la temperatura, un ajuste que te ayudará a reducir el consumo. Prueba tus propias opciones y comprueba si modifican tu factura eléctrica. Por cierto, es buena idea pedir a tu proveedor eléctrico que te envíe la evolución del consumo diario por correo electrónico, de esta forma podrás ir viendo cuándo excedes el consumo y anticipar un estimado de tu factura del mes.
  2. La partida de gasolina puede ser reducida con buena planificación. Busca unificar tus diligencias para realizar rutas más eficientes.

Una idea para los padres que llevan sus hijos al colegio en vehículos particulares es utilizan es compartir espacio con las familias que viven cerca y asisten al mismo centro de estudio. De seguro esto implicará menos consumo de combustible para ambos hogares al hacer la ruta del transporte de la semana. 

  1. Otras partidas personales, como el salón de belleza, son significativas en el presupuesto del mes. Aquí podrían probarse opciones como arreglarte en casa, que adicionalmente te permite ahorrar tiempo y gasolina.

Anímate a probar cambios y a identificar oportunidades en tu propio presupuesto mensual. Así te acercarás a metas más satisfactorias, por ejemplo, unas merecidas vacaciones. Trata de identificar tus propias partidas de ahorro prestando atención a los montos que puedes ajustar o eliminar, ya sean las mensualidades o suscripciones que no usas.

De esto se trata el ejercicio del presupuesto, de que aprovechemos esta herramienta como guía y tengamos la disciplina de planificar antes de gastar el dinero. En el transcurso, vamos registrando los gastos reales al lado del planificado. A fin de mes lo volvemos a revisar para ajustar el próximo plan.

Si eres de los que aún no se han animado a llevar con seriedad la herramienta del presupuesto mensual, puede ser que este artículo te anime a aprovechar los beneficios económicos y emocionales que esta práctica es capaz de generarte, siendo el primero de ellos la tranquilidad de saber con qué cuentas

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