Cómo aligerar la angustia en niños

Cómo aligerar la angustia en niños

Ya han pasado casi dos meses desde que fueron paralizadas las actividades
escolares y la diversión al aire libre (parques, piscina, juegos…), y esta situación tiene a todo el mundo, pero mayormente a los más pequeños de la casa, en un estado de angustia e incertidumbre.
Si bien es cierto que los adultos tienen mayor capacidad para permanecer tranquilos en un mismo lugar, aunque esto no deja de afectarles, en los niños es prácticamente imposible lograr que esto suceda.
Se entiende que debido a que tienen energía necesaria para estar siempre en movimiento, cuando ellos no pueden hacer uso de todo ese cúmulo energético se sienten reprimidos, y esto podría afectar su comportamiento, mostrando conductas distintas a las usuales. En busca de una respuesta profesional sobre cómo lidiar con los niños durante esta situación de encierro y cómo podría afectarles mental y emocionalmente, consultamos a la psicóloga clínica Leyshy Cabrera M., especialista en la etapa infanto-juvenil y la inclusión educativa.
La especialista explica que la libertad es un derecho fundamental para el ser humano, y que a partir de ella se fortalece el desarrollo personal y social. Sin embargo, ante la presencia de una crisis de salud como la que se experimenta actualmente, se ha hecho necesario reprimir la libertad para preservar el bienestar físico de la población.
La doctora Cabrera precisa que los niños tienen la facultad de adaptarse con mayor rapidez a los cambios con mayor rapidez que los adultos, a pesar de que requieren de nuestro apoyo y acompañamiento para facilitar los recursos necesarios que les permitan desarrollar habilidades de modo que puedan afrontar la situación de la manera más saludable posible.
Esto se aplica cuando el niño cuenta con un sistema familiar estable, ya que existen casos en los que los niños se convierten en el blanco más vulnerable, y ahí cuando podrían darse situaciones de abuso, orfandad, deterioro de las condiciones de vida a causa de un cambio económico importante, apego emocional o problemas de salud, entre otros, lo que impactaría significativamente su salud y bienestar emocional.
Impacto mental y emocional. La experta refiere que el impacto que puede tener la situación que se está viviendo en la actualidad dependerá de lo que esté experimentando individualmente cada uno y del sistema de apoyo con que cuente.
En muchos hogares los niños podrían estar enfrentando conductas irritables, tristeza, ansiedad, disminución o aumento de apetito, desinterés por las actividades académicas, aislamiento, apego, alteración de la rutina de sueño, conductas regresivas, entre otras, las cuales se dan en respuesta a la falta de equilibrio entre lo que quieren y lo que pueden hacer, explica.
“Es importante saber que aunque estos cambios en el comportamiento y en el estado de ánimo son absolutamente normales, bajo ninguna circunstancia deben ser desatendidos, ya que podrían generar una ruptura importante en el equilibrio emocional”.
La psicóloga afirma que también es necesario mencionar que existe una población infantil y juvenil que presenta algún tipo de trastorno o diversidad funcional, la cual ha quedado desasistida parcial o totalmente, lo que implica un estancamiento o retroceso en sus procesos terapéuticos clínicos, por lo que direccionalmente estará afectada.
Qué hacer. Cabrera indica que los padres podrían crear dinámicas o rutinas flexibles en las que contemplen sus necesidades, proporcionar recursos lúdicos con los que puedan ofrecerles distintas propuestas para mantenerlos activos y fomentar su autonomía.
También propone invitarlos a comprender que a pesar de que papá y mamá están en casa, necesitan su espacio y no todo el día pueden estar a su completa disposición; esto los ayuda a aprender que el espacio personal es saludable y muy necesario.

Sobre la pregunta de si sería factible sacarlos a dar un paseo en el carro sin desmontarse, considera que es una estrategia que podría tomarse en consideración, pero con mucho cuidado. “No es que incluyan dentro de la rutina salir y darles un paseo a los niños, sino que si usted observa que el niño está en crisis y descompensado por sentirse aprisionado, podría llevarlo a dar una vuelta dentro del perímetro del lugar donde residan y luego volver a casa”. Otra actividad que recomienda para liberar un poco a los pequeños es subir con ellos a la azotea y crear espacios divertidos. “Toda actividad recreativa, que permita brindar posibilidades de esparcimiento y recreación, es válida, siempre y cuando se vele por su bienestar físico, comunitario, y se respeten las medidas gubernamentales”.
Asimismo estos podrían montar bicicleta en un lugar seguro, como por ejemplo en el parqueo o área de recreación del residencial.

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