Cómo Ceroles se libró de un terrible aniversario

Cómo Ceroles se libró de un terrible aniversario

Al llegar nueva vez la fecha de un aniversario terrible, el periodista Pancracio Ceroles miró en derredor suyo y no vio más que lo mismo de siempre. Decidió entonces desempolvar una vieja carta de su inestimable amigo el filósofo y científico Íñigo Montoya, una de cuyas arrugadas páginas dice:

“En 1943, siendo yo muy joven todavía, fui de los pocos que presenciamos en la pequeña localidad de Anfa, cerca de Casablanca, en Marruecos, el encuentro entre el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt y el general francés Charles de Gaulle, quien había huido a Inglaterra y allí se había auto-declarado jefe de las fuerzas armadas de la tercera república en el exilio, tras la ocupación de Francia por Alemania.

De Gaulle daba apoyo propagandístico a la resistencia y decía ser el ‘alma de Francia’. Roosevelt, un fanático de los procesos electorales, encontraba a De Gaulle pesado; no entendía cómo este se arrogaba la titularidad de la República Francesa. De Gaulle era muy popular entre el público norteamericano pero Roosevelt y sus asesores preferían al General Giraud, quien era más dúctil y podría resultar de mayor utilidad a los americanos.

El encuentro entre De Gaulle y Roosevelt era para discutir, entre otras cosas, quién gobernaría los territorios franceses liberados tras la invasión del norte de África por los Aliados. La antipatía recíproca entre Roosevelt y De Gaulle hizo que el encuentro fuera tenso y difícil.

Hacia el final, Roosevelt, hastiado de la vana altanería de De Gaulle, le increpó diciendo que Estados Unidos no podría apoyarle a él como comandante francés en los territorios liberados y mucho menos como jefe de Estado en el exilio, puesto que su poder no derivaba de ninguna instancia legal, como unas elecciones”.

Sigue: “A esto, De Gaulle se puso de pié, levantó su cabeza y pronunció unas palabras como si estuviera masticando cada letra, pese a lo cual su claridad fue asombrosa. «¿Quién. monsieur le President, eligió a Juana de Arco?»”.

Ceroles comprobó la certeza del encuentro entre Roosevelt y De Gaulle en un bellísimo libro titulado “First Encounters, a book of memorable meetings”, publicado en 1994 por Knopf, escrito por Nancy Caldwell Sorel e ilustrado por su esposo Edward Sorel, recopilando las viñetas que venían publicando en la revista Atlantic. “¡Qué Montoya que había visto vainas!”, pensó Ceroles, librado del terrible aniversario…

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