¿Cómo comprender las opciones de dolarizar una economía?

¿Cómo comprender las opciones de dolarizar una economía?

La dolarización de un país se da cuando los habitantes usan demasiado una divisa extranjera junto o en lugar de la moneda local. Este hecho se puede dar extraoficialmente, sin aprobación legal, o puede ser oficial, cuando el país deja de emitir su propia moneda y utiliza sólo moneda extranjera. En países que tengan como trayectoria una creciente dolarización extraoficial el proceso se explica con las tenencias de moneda extranjera en depósitos bancarios o billetes (papel moneda) para protegerse contra altas inflaciones en la moneda local. En cambio, una dolarización oficial ocurre cuando un gobierno adopta exclusiva o predominantemente la moneda extranjera.

Por «moneda de curso legal» de un país se entiende cuando los billetes que circulan en la economía son legalmente aceptados como pago a todas las deudas, a no ser que las partes que estén en el negocio hayan especificado otros billetes. La moneda en curso legal difiere de la «moneda de curso forzada», pues en este caso significa que la gente tiene que aceptar una moneda de pago aunque hubiese preferido tener otra. Cuando hablamos de «dolarización extraoficial» debemos abarcar ambos conceptos, pues poseer activos extranjeros puede ser considerado legal e ilegal, según sea el sistema vigente. En ciertos países es legal poseer diferentes activos extranjeros, tales como cuentas en dólares en un banco local, pero ilegal tener otras variedades de activos extranjeros, tales como cuentas bancarias afuera, a no ser que se posea un permiso especial para ello.

La dolarización extraoficial ha existido en muchos países durante muchos años. Ha atraído la atención de economistas y analistas, pero mucha menos atención política de los gobiernos. Por ello, un país podría dolarizarse oficialmente incluso sin un acuerdo formal, pero su gobierno podría ver los beneficios económicos y políticos. Y es que la aplicación de un proceso de dolarización se ha extendido potencialmente en los países en desarrollo porque algunos de estos tienen monedas que se han desempeñado tan bien como el dólar norteamericano. No obstante, cuando una economía busca considerar la calidad de su moneda y ve superar una inflación mayor del 20%, una pérdida del valor frente al dólar mayor del 25%, y restricciones de comprar la moneda extranjera, la dolarización pasa entonces a debatirse como una opción de régimen monetario.

[b]OPCIONES DE DOLARIZACIÓN[/b]

Al ir dolarizándose una economía pueden presentarse tres opciones básicas: preferir una dolarización extraoficial, una dolarización semioficial, o una dolarización oficial. La dolarización extraoficial se da cuando la gente tiene la mayor parte de su patrimonio financiero en activos extranjeros, por tanto, la moneda extranjera no es la moneda de curso legal. Por su parte, en una dolarización semioficial, si bien la moneda extranjera es de curso legal y domina los depósitos bancarios, ésta desempeña un rol secundario con la moneda local a la hora de pagar salarios, impuestos y gastos domésticos diarios. El proceso de dolarización plena o total, ocurre cuando la moneda extranjera tiene un uso exclusivo o predominante como moneda de curso legal.

[b]DESEMPEÑO MONETARIO[/b]

A la hora de analizar y evaluar el desempeño monetario de un país, la dolarización extraoficial puede muchas veces incluir o tener ciertas características. Puede presentarse un comportamiento creciente de depósitos en moneda extranjera, bonos y otros activos no monetarios, que generalmente se colocan fuera del país. Al mismo tiempo, pueden existir depósitos en moneda extranjera en el sistema bancario nacional, o billetes en maletas y colchones.

De esta forma, la dolarización extraoficial casi siempre se da en tres etapas que corresponden a las funciones del dinero como negocio de valores, medio de pago, y unidad de cuenta. En la primera etapa, en la que en ciertas ocasiones ocurre la llamada «sustitución de activos», la gente tiene bonos y depósitos extranjeros fuera como un negocio de valores. Hacen eso como forma de protegerse contra la pérdida de su patrimonio a través de la inflación o devaluación en moneda local. En la segunda etapa de dolarización extraoficial, llamada a veces de «sustitución de la moneda», la gente posee grandes cantidades de depósitos en moneda extranjera en el sistema bancario local (de ser permitido), y más tarde billetes extranjeros, ambos como medio de pago y de negocios de valores. En este caso, los sueldos y salarios, los impuestos y una gran parte de los gastos permanentes (agua, luz, y gastos de menudeo) se siguen pagando en moneda local, pero los gastos altos como autos, alquileres y préstamos casi siempre se pagan en moneda extranjera. En la etapa final de dolarización extraoficial, la gente piensa en términos de moneda extranjera, y los precios en moneda local se indexan (ajustan) para la tasa de cambio.

Es difícil medir el alcance de la dolarización extraoficial. Generalmente no se dispone de estadísticas veraces de cuánto tiene la gente en bonos extranjeros, depósitos bancarios, o billetes y monedas. No obstante, estimaciones del alcance de circulación que tienen los billetes norteamericanos y algunas otras monedas fuera de sus países de origen dan una idea aproximada de cuán difundida es la dolarización extraoficial. Investigadores del Sistema de la Reserva Federal estiman que cuando los residentes poseen entre un 55 y 70% de su cartera en dólares, existe ya una dolarización extraoficial. Otra forma muy utilizada para medir la dolarización extraoficial es a través del llamado coeficiente de dolarización de la economía, es decir, la proporción de depósitos en moneda extranjera que se encuentra en el sistema bancario nacional.

En la mayoría de los países dolarizados extraoficialmente, el dólar norteamericano es la moneda extranjera elegida. Esto es particularmente cierto en América Latina y el Caribe, donde Estados Unidos es el primero o segundo socio comercial más grande y la mayor fuente de inversión extranjera de casi todos los países. Por su parte, los países dolarizados oficialmente varían con relación al número de monedas extranjeras que permiten tener un curso legal y en función a la relación entre la moneda local (de existir una) y la moneda extranjera. La dolarización oficial no necesariamente significa que sólo una o dos monedas extranjeras tengan curso legal total; la libertad de elección puede otorgar cierta protección de ser forzado a usar una moneda extranjera que se vuelve inestable. La mayoría de países oficialmente dolarizados dan sólo a una moneda extranjera el estado de curso legal. Algunos países dolarizados no emiten moneda local para nada, mientras que otros, tales como Panamá, la emiten como secundaria. La unidad monetaria de Panamá es el balboa que está a la par del dólar, y emite monedas pero no billetes. En la práctica, no existe diferencia entre el balboa y el dólar. Así, se podría decir que el balboa es simplemente el nombre panameño del dólar.

El desempeño económico de los países dolarizados extraoficial y semioficialmente ha sido bastante variable, pero generalmente impresionante. Una de las razones es que sus monedas locales casi siempre han sido de baja calidad, y han obstaculizado el crecimiento económico producto de políticas económicas erróneas causando alta inflación y otros problemas. Las leyes que obligan a la gente a usar moneda local, especialmente para el pago de salarios e impuestos, crean cierta demanda artificial incluso para una moneda local de baja calidad. Es por eso que existen exiguos estudios que comparen sistemáticamente el desempeño de los países dolarizados. Parte de la explicación es que es difícil encontrar disponibles estadísticas económicas actualizadas. El caso de Panamá es el mas conocido y accesible. Ha tenido un crecimiento respetable aunque no espectacular, una tasa promedio de inflación aún más baja que la de los USA, y sin mayores quiebras bancarias. Las tasas de interés para los prestatarios minoristas y prestadores han sido aproximadamente 2 puntos porcentuales más altas que las de los USA, mientras que las tasas interbancarias han estado aún más cerca de los niveles de las de los Estados Unidos.

A pesar que faltan estudios sistemáticos que enfoquen países dolarizados oficialmente, sí hay estudios más generales. Estos comparan el rendimiento de bancos centrales en países que cuentan con sistemas discrecionales con los países que cuentan con sistemas de reglas monetarias, incluyendo la dolarización oficial y las llamadas «cajas de conversión». Estos estudios encuentran que el sistema de reglas monetarias generalmente ha tenido mejor desempeño del banco central en los países en desarrollo. Otro cuerpo importante pero frecuentemente negligente de evidencia viene de la experiencia interna en lugar que comparados con otros países. La dolarización oficial funciona más como el sistema monetario entre regiones de un solo país: Panamá tiene mucho la misma relación con Nueva York que la que tienen Pennsylvania y Puerto Rico. Entre regiones de un mismo país, generalmente los sistemas monetarios operan sin muchos de los problemas que se dan a nivel internacional porque los países tienen monedas separadas.

En sentido general una cosa es clara: que la dolarización ofrece un incremento en el comercio internacional, una reducción de costo de capital y una incidencia notable en la estabilización de precios. No obstante, la inflación y sobre o subvaluación inicial de la moneda pueden hacer más complicado el proceso de transición. Por ello, entre los cambios importantes que deben acompañar a un proceso de dolarización se cita la necesidad de contar con disciplina fiscal, saneamiento y sostenibilidad de la deuda pública y el fortalecimiento del sector bancario.

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