Cómo conseguir una sonrisa diez

Cómo conseguir una sonrisa diez

Cepillarse los dientes no basta para mantener la boca sana. Es muy importante hacerlo correctamente y seguir otra serie de consejos relacionados con la alimentación, así como acudir al especialista al menos una vez al año. Cepillar los dientes con regularidad es la primera medida que ha de observarse para mantener una boca limpia y sana. En principio, bastaría con un cepillado exhaustivo al día para mantener una higiene bucal correcta.

Este cepillado debería realizarse durante al menos 10 minutos y deberían limpiarse meticulosamente todas las zonas y rincones de la boca y la dentadura utilizando todos los instrumentos necesarios (cepillo, pasta dentífrica, seda dental, cepillos interdentales y colutorio o enjuague bucal).

Este proceso debería llevarse a cabo por la noche, antes de ir a la cama. Mientras dormimos disminuye la producción de saliva y por lo tanto también se reducen las defensas de la boca y el daño provocado por las bacterias que forman la placa bacteriana es mayor.

No obstante, no todo el mundo dispone de suficiente tiempo o paciencia para llevar a cabo un cepillado tan minucioso, de ahí que los especialistas recomienden repartir el proceso en dos o tres veces, después de las principales comidas. Si sólo se va realizar el cepillado dos veces al día, el otro momento ha de ser por la mañana, ya que es cuando la boca está menos higienizada.

Visitas periódicas

Aunque pienses que tienes una boca sana, debes acudir al dentista al menos una vez al año. En estas visitas periódicas el especialista realiza una profilaxis periodental (conocida comúnmente como limpieza bucal) y elimina el sarro de la dentadura. A su vez, el dentista recorre meticulosamente toda la superficie de los dientes y detecta posibles problemas que en caso contrario podrían pasar desapercibidos. En niños y mayores, al tener los dientes menos mineralizados, se recomiendan dos visitas anuales.

Además, una alimentación equilibrada es sinónimo de salud bucodental. Hay que tener especial cuidado con las comidas entre horas, ya que al no acompañarse habitualmente de un cepillado posterior contribuyen a crear reservorios en la boca en los que las bacterias disponen de nutrientes que favorecen su crecimiento.

En los picoteos entre comidas hay que evitar especialmente los alimentos pastosos y ricos en hidratos de carbono (azúcares). Las bacterias reaccionan con éstos segregando ácido que desmineraliza los dientes y los hace más propensos a sufrir caries.

Los problemas dentales advierten de posibles trastornos cardiacos

El 60 por ciento de la población desconoce que el dolor dental o de la mandíbula puede ser la primera señal de un infarto inminente. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la Academia de Odontología General (AGD, en sus siglas en inglés), de Estados Unidos.

El 90 por ciento de las enfermedades sistémicas, incluidos los trastornos cardiacos, tienen síntomas dentales y bucales. Por ello, los especialistas insisten en la importancia de conocer los signos de alarma y educar a la población para mejorar su salud dental.

La higiene dental no sólo ayuda a advertir la existencia de los problemas cardiacos, sino que también permite mejorar la salud de los pacientes que ya presentan enfermedades del corazón. “La eliminación de infecciones en dientes y encías puede hacer que un paciente reduzca los fármacos que toma para controlar la presión arterial y mejore su estado de salud”, señala Ernest Edington, portavoz de la AGD.

Encías y corazón

La infección de la encía, llamada gingivitis en sus primeras fases, consiste en la inflamación de los tejidos que rodean al diente debido a la acumulación de placa bacteriana. Varios estudios indican que las personas que tienen enfermedades en la encía cuentan con un mayor riesgo de infarto. En el caso de los hipertensos, estas infecciones pueden agravar considerablemente la enfermedad.

Esto se debe a que las bacterias de la zona afectada pueden llegar al torrente sanguíneo y favorecer la formación de coágulos que bloqueen el paso de la sangre al corazón.

Entre los principales signos de enfermedad de la encía se encuentran:

• Sangrado

• Hinchazón

• Mal aliento

• Dolor en la boca

• Pus interdental

• Encías que se desprenden del diente

Higiene bucodental y diabetes

Los diabéticos han de cuidar su boca de un modo mucho más minucioso si cabe, ya que se sabe que la diabetes predispone a sufrir la enfermedad periodontal. Aparte de mantener una correcta higiene y de visitar de forma periódica al dentista, el diabético puede hacer algo más por su boca: un buen control de los niveles de glucosa ayuda a prevenir la aparición de problemas en las encías.

Además, esta relación es recíproca, ya que los diabéticos con enfermedad periodontal tienen mayores dificultades para controlar sus cifras de azúcar en sangre y sufren periodos de hipoglucemia más frecuentes. Por ello, vigilar los problemas periodontales ayuda a controlar la diabetes y puede ser de gran utilidad a la hora de prevenir otras complicaciones propias de esta enfermedad metabólica.

Un estudio realizado recientemente en Finlandia ha corroborado que la higiene dental entre las personas con diabetes deja bastante que desear. Tras analizar a más de 250 personas con esta enfermedad, un grupo de investigadores de la Universidad de Helsinki observó que sólo el 63 por ciento de los diabéticos había visitado al dentista durante el año anterior y que al menos una quinta parte de ellos lo hicieron por una emergencia dental (dolor de muelas o caries) y no para someterse a una revisión periódica o limpieza.

La combinación de diabetes y enfermedad periodontal también se da en niños y adolescentes. Así, la gingivitis o inflamación de las encías es bastante común en niños diabéticos, sobre todo si no tiene muy vigilados sus niveles de glucosa. En el caso de los adolescentes, hay investigaciones que señalan que la incidencia de periodontitis entre los jóvenes diabéticos es de aproximadamente el 15 por ciento.

Consejos

• Lleva a tu hijo al dentista regularmente. La primera visita deberá realizarse en los seis meses siguientes a la aparición del primer diente y nunca después de su primer cumpleaños.

• Empieza a cepillarle los dientes con agua en el momento en que aparece el primer diente de leche.

• Comienza a utilizar la seda dental cuando dos piezas dentales empiecen a tocarse por primera vez.

• Cepíllale los dientes diariamente hasta que tu hijo pueda hacerlo por sí mismo.

• Asegúrate de que consigue la cantidad de flúor necesaria para reforzar el esmalte contra la caries. Consulta al dentista sobre cómo hacerlo.

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