Cada tipo de cabello requiere un cuidado específico. Aquí una guía básica de lo que debe hacerse en cada caso, según su textura.

Tipo 1: Lacio. De hebras casi rectas, no posee ningún tipo de onda. La mayoría de las veces es fácil de desenredar, y no retiene peinados ni rizos fácilmente. Se deben usar productos livianos para no perder el volumen.

Tip: Evitar los geles, mouses o productos hechos a base de alcohol, pues este puede secar y abrir las puntas.

Tipo 2: Ondulado. De ondas o rizos alargados en forma de “S”, es un poco resistente al peinado y obtiene “frizz” con facilidad. Para el cabello ondulado es preferible usar productos hidratantes livianos, acondicionadores sin enjuague de spray son ideales para el cabello ondulado, ya que requieren manipular el cabello al mínimo y no son pesados.

Tip: A la hora de dormir y con el cabello seco, colocar una crema liviana humectante y recoger el cabello hacia arriba con una pañoleta de satín.

Tipo 3: Rizado. Sus rizos son definidos, con un patrón en forma de “S”, y elásticos. El cabello rizado al igual que el crespo debe ser desenredado con cuidado para no partirlo, evitar peinarlo cuando está seco para no perder la definición del rizo.

Tip: para balancear el ph en el cuero cabelludo y la hebra, se lava primero el cuero cabelludo y luego se enjuaga todo el cabello, la espuma del lavado se encargará de limpiar medios y puntas.

Tipo 4: Crespo o enroscado. Tiende a ser seco, por lo que necesita un champú suave e hidratante. Los tratamientos profundos son muy beneficiosos para el cabello crespo, sobre todo los que aportan humectación, como los elaborados con miel, melaza y aceites naturales.

Tip: Aplicar, la hora de dormir, una crema humectante, dividir el cabello y hacer de 2 a 8 trenzas dependiendo de su largo. Al día siguiente sentirá el cabello más suave y manejable. ¡Hasta la próxima semana!