Cómo cuidar el sistema inmune

Cómo cuidar el sistema inmune

El sistema inmunológico protege al organismo de enfermedades causadas por virus, bacterias y parásitos. Los glóbulos blancos forman parte de este sistema y se encargan de destruir los microbios y agentes tóxicos para mantener nuestro cuerpo lejos de cualquier enfermedad infecciosa.
Aumentar las defensas y mantener un sistema inmune fuerte es la mejor garantía para no sucumbir a ninguna enfermedad, especialmente los resfriados y la gripe, muy frecuentes con los cambios de temperaturas.

Algunos factores como el estrés, el ritmo de vida acelerado y una alimentación inadecuada también pueden debilitar nuestro sistema inmunológico.

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico? Aplicando algunos hábitos de vida saludable puedes fortalecer el sistema inmunológico de manera efectiva.

Cuida tu alimentación. Una dieta variada y equilibrada rica en zinc y vitaminas A, B, C y E, son esenciales para fortalecer el sistema inmunitario. Reduce o evita al máximo consumir alimentos refinados y frituras. Aumenta el consumo de frutas cítricas y verduras, ya que actúan como antioxidantes para proteger y fortalecer tu sistema inmune.
Prueba a incorporar en tu dieta diaria estos alimentos para aumentar las defensas y fortalecer el sistema inmunológico:

Alimentos con vitamina A. Protegen las células respiratorias y ayudan a mejorar la inmunidad de la piel. Algunos de estos son: tomate, remolacha, fresas, cerezas, espinacas, lechuga, zanahoria y calabaza.

Alimentos con vitamina B. Fundamentales para aumentar las defensas y mantener el buen funcionamiento del organismo: pescado, huevo y legumbres.
Alimentos con vitamina C. Esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Los cítricos (naranja, limón, kiwi, manzana y vegetales de hoja verde como el brócoli, los pimientos y las patatas) son una excelente fuente de vitamina C.

Alimentos con vitamina E. Refuerza el sistema inmunológico por sus propiedades antioxidantes naturales. Encuentras vitamina E en los frutos secos, espárragos y aceite de oliva.

Alimentos ricos en zinc. Este mineral está en los cereales integrales, mariscos, legumbres, huevos, productos lácteos, pescado, carnes y semillas de calabaza. Una deficiencia en zinc puede debilitar el sistema inmunológico, permitiendo la entrada de virus y agentes externos.

Que el ejercicio forme parte de tu vida. Practicar ejercicio de forma regular te ayudará a mantenerte en forma, además de ayudar a tu cuerpo a combatir las infecciones y disminuir el riesgo de padecer otras enfermedades. Involúcrate en actividades físicas que disfrutes: nadar, zumba, pilates… Sal a correr o camina 20 minutos diarios. Crea tu propia rutina y haz ejercicio de dos a tres veces por semana.

Gestión del estrés y la ansiedad. El estrés y la ansiedad disminuyen las defensas y debilitan el sistema inmune, haciendo que nuestro organismo esté más predispuesto a contraer una enfermedad infecciosa.

Para reducir el estrés y encontrar la calma es muy efectivo practicar ejercicios de respiración y técnicas de relajación como meditación y yoga. Una sesión de yoga de veinte minutos te dejará totalmente relajado, revitalizado y disfrutarás de un fuerte sentido de bienestar.

Duerme bien. La falta de sueño provoca efectos negativos sobre la salud, especialmente sobre el sistema inmune.
Hay una estrecha relación entre dormir y el sistema inmunológico, ya que la calidad del sueño es un factor importante para equilibrar el sistema inmune y para la producción de glóbulos blancos, que son los encargados de proteger el organismo de gérmenes.

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