Cómo detectar el acoso sexual

Cómo detectar el acoso sexual

Una declaración de atracción sexual, una mano que reposa sobre una rodilla, una caricia en la mejilla, un mensaje de texto coqueto, un roce o incluso chistes sexuales, si vienen de la persona correcta –novio o esposo– y en el momento adecuado, pueden hacer sentir muy bien a cualquier persona.
Pero si provienen de la persona equivocada, un mensaje de coqueteo molesta y una caricia no deseada puede causar incomodidad, ofender o avergonzar. Es ese el tipo de cosas que puede ponernos en alerta y hacernos pensar sobre si estamos sufriendo acoso sexual.
El acoso sexual es un problema que sucede más a menudo de lo que podríamos imaginar; las cifras son preocupantes, especialmente –aunque no en exclusiva– para las mujeres.
De acuerdo con la psicóloga clínica Virginia Pérez, esta situación puede ocurrir en cualquier ambiente donde poner objeciones o rechazar propuestas puede tener consecuencias negativas para la víctima, pero los más comunes son los entornos laboral, académico y familiar.
La especialista indica que las mujeres y los niños son los grupos más vulnerables al acoso sexual.
Cómo saber si es acoso o no. “¿Y no será un coqueteo o un enamoramiento? ¡Tampoco hay que exagerar!”, es una frase típica que podemos escuchar. Es por eso que debemos saber identificar el acoso.
Para la doctora Pérez, especialista en terapia sexual y de pareja, las señales que da un acosador son diversas.
“Cuando estos presentan una demostración de poder, en algunas ocasiones son amables y manipuladores, saben usar su poder y prometen aumentos de sueldo, de posición y objetos materiales a cambio de placeres sexuales”, explica.
Otros aspectos que nos ayudan a detectar un acosador es que, por ejemplo, cuando una pareja está en fase de “enamoramiento”, los dos desean acercarse –el uno al otro–, en cambio, en el acoso, una de las partes no desea ese acercamiento.
Si el enamoramiento es mutuo, ambas personas se sienten bien y su autoestima aumenta, pero en el acoso, la persona acosada siente miedo, tristeza y angustia.

Cuando el coqueteo es compartido, la pareja participa de forma activa y gustosamente de él, mientras que en el acoso, la víctima es sometida a través de un sutil acto de fuerza que rompe la intimidad –pero también, la voluntad– de la persona acosada.
Qué hacer. “Si descubrimos que nos están acosando sexualmente debemos de poner límites claros, no caer en su juego, buscar una red de apoyo (familiar o de amigos), denunciar, y no demostrar debilidad ni inseguridad al momento de poner límites, tratar en la medida de lo posible de no estar solos con el acosador y salir de ese entorno donde te sientes acosado”, apunta la doctora de Terapia Boutique.
Comprende que en el caso de los niños, éstos deben contar con la seguridad, la información y el apoyo de sus padres o tutores.
“Lo ideal sería que en todo lugar, ya sea laboral o escolar, crearan un ambiente libre de acoso para los empleados y estudiantes, que brindaran pautas claras y una capacitación adecuada, con normas inquebrantables”, concluye.

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