Hoy 
Los ves tan pequeños, tan vulnerables Pero lo cierto es que esta apariencia de inocencia y delicadeza no debe hacerte demasiado sobreprotector. Debes aprender a dejarlos crecer y desprenderte un poco de ellos, eso sí, poco a poco.
Los padres suelen actuar intentando mejorar los fallos que vieron en sus padres, pero deben empezar por concienciarse y controlar el hecho de que dárselo todo no es siempre mejor para él, sino que para que el niño tenga más independencia es necesario que aprenda que el no también existe. Esto ocurre después de ver caminar al bebé, de que empiecen a pedir cosas y a alcanzarlas por ellos mismos.
A medida que el niño crece y va adquiriendo movilidad propia (comienzan a caminar), se debe dejar que vaya haciendo cosas por si mismo. Puede iniciar con lo básico, actividades propias del niño: bañarse, vestirse/desvestirse, ordenar sus juguetes, comer solo… Lo esencial es no hacer por él lo que él ya tiene la capacidad de hacer; el adulto pasa a reforzar, ayudar o supervisar.
Se le da independencia apropiada a cada edad. El paso que marca esto es la capacidad del niño de moverse solo y dejar de estar en brazo de los adultos. Si el niño sabe caminar, cárguelo menos; si está aprendiendo a comer, déjelo comer solo, explica Arisleydi Sánchez Guzmán, psicóloga clínica infanto-juvenil del Centro Vida y Familia Ana Simó.
Según indica Sánchez Guzmán, los mismos niños van indicando para qué están listos, y los padres deben estar atentos a esos llamados. Regularmente el niño dice que quiere hacer tal o cual cosa solo (yo solo), y esa es la señal de que está listo para ensayar, aprender y perfeccionar.
La independencia es buena. Un niño al que se le mutila la independencia y autonomía no será capaz de desarrollarse como persona en su totalidad, se verá obligado a crear un sistema de dependencia para poder subsistir. También le afectará de forma emocional, porque no desarrollará confianza en sí al creer que necesita de otras personas para lograr sus objetivos. Afectará su autoestima porque podría percibirse como alguien con menos habilidades que los demás.
