POR ADOLFO MARTÍ GUTIÉRREZ
Una característica común en cualquier economía es la coexistencia de actividades económicas que son registradas en la contabilidad nacional, con otras que no lo son. Las actividades que son registradas pueden, aún siendo legales, poseer un componente ilegal tratado como “evasión”. Las no registradas, ocurren en un sector de la economía que escapa de la regulación gubernamental.

Pero, más allá de las definiciones y malas interpretaciones acerca del tamaño del sector informal, la evidencia empírica muestra que países con marcos jurídicos débiles, inestabilidad económica y mayores tasas impositivas cuentan con una economía informal de mayor tamaño.

En diferentes países, la coexistencia de actividades que pueden ser registradas o no utilizan nombres diferentes: economía informal, economía subterránea, economía sumergida, economía descalza, economía de proximidad, economía paralela o simplemente mercado negro. Pero la definición es la misma. Se trata de un sector de la economía que no aparece en las estadísticas oficiales, donde la mayor parte de sus actividades no están formalmente organizadas, no se lleva algún tipo de contabilidad, no poseen planes de expansión como empresas generadoras de dividendos y las transacciones se llevan a cabo principalmente en efectivo sin pagar impuestos.

ENFOQUES Y MEDICIONES

Cuando se busca en la literatura económica analizar la dimensión de una economía informal fundamentalmente se reconocen cuatro enfoques: el enfoque de la economía dual (OIT); el enfoque de la actividad económica no regulada de (De Soto); el enfoque estructuralista (Mesa y Lago); y el enfoque por estimaciones macroeconómicas (Gutmann, Beige y Tanzi).

Los orígenes del concepto de economía informal se identifican con una investigación que hizo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los trabajadores de Ghana. Postula un modelo dualista de oportunidades de ingreso de la fuerza laboral urbana, basado principalmente en la diferencia entre el empleo asalariado y el “autoempleo”. En este enfoque, el empleo informal se define como un sector actividades marginales de baja productividad. El sector informal urbano está compuesto por la suma de los trabajadores autoempleados (menos los profesionales técnicos), los familiares no asalariados (microempresarios) y el servicio doméstico.   

Un segundo enfoque sobre el sector informal fue popularizado por el economista peruano Hernando de Soto desde una perspectiva radicalmente diferente, tomando en consideración la organización económica de la vivienda, el comercio y el transporte en Lima. Para De Soto (1989), en su libro “El Otro Sendero”, la economía informal abarca todas las actividades económicas extralegales, incluyendo tanto la producción mercantil y el comercio como la producción de subsistencia directa. Los orígenes del fenómeno se encuentran en la excesiva regulación estatal, midiendo la informalidad con encuestas a los participantes de las actividades extralegales.

Una tercera perspectiva presentada por la escuela institucionalista se califica de “estructuralista”, ya que se concentra en la estructura de las relaciones entre las actividades reguladas por el Estado y las no reguladas. Define al sector informal considerando todas las actividades con ingreso-ganancias no reguladas por el Estado. Para ello, utilizan dos estrategias empíricas: una estima el tamaño del sector informal por la proporción de la fuerza laboral que esté excluida de la cobertura legal relativa al empleo (protección contra despidos, compensación por desempleo, seguro por accidentes, ausencias pagadas y pensiones por jubilación). La otra, agrega a las mencionadas categorías de mano de obra informal, la proporción de trabajadores asalariados desprotegidos.

El cuarto planteamiento de medida tratar de medir la magnitud de la economía informal o irregular como una proporción del Producto Interno Bruto (PIB), tomando como base varias suposiciones macroeconómicas. Estos métodos de relación monetaria se basan en la suposición de que las transacciones informales se llevan a cabo principalmente en efectivo, con el fin de evitar ser detectadas por las autoridades fiscales. La idea consiste en llegar a calcular el dinero en circulación que se requiere para la operación de las actividades legales y sustraer esa cifra del volumen monetario real. La diferencia multiplicada por la velocidad del dinero (PIB/M1), proporciona una estimación de la magnitud de la economía informal. Un segundo indicador, a través del “método de energía física” (1987), consiste en establecer la proporción del consumo de electricidad con respecto al PIB durante un periodo base y compararla luego con cifras posteriores.

ASPECTOS DE LA ECONOMÍA INFORMAL

Entre los factores que fundamentalmente determinan la economía informal de un país se citan tres aspectos: los aspectos jurídicos; los aspectos fiscales; y los aspectos socioeconómicos.

Es conocido que el marco jurídico de un país permite definir un sistema de “reglas claras” que motiven la posibilidad de aumentar o disminuir el flujo de capital extranjero y, por ende, aumentar o disminuir la tasa de desempleo. Es así como surge lo que algunos autores contemporáneos denominan “el costo de la Ley” haciéndola inaplicable, rígida e inflexible desligándose del hombre y su quehacer. En sentido amplio, la forma en que se estructure el sistema legal determina el precio de acceder al mercado. En muchos países acceder a la legalidad es tan costoso que produce la distorsión del mercado y segrega a los sectores menos favorecidos de la población.

Otro de los aspectos que contribuyen a la informalización de la economía es el aspecto fiscal. Este cobra relevancia en la medida en que una gran masa de la fuerza de trabajo no se encuentra insertada dentro de un plan o sistema que permita llevar un control para obtener información de las operaciones. Suponen la no necesidad de aumentar la recaudación de impuestos para asegurar los recursos que permitan la aplicación de la Ley. Para ello, aumentar los impuestos resultaría ingenuo, si lo que se persigue es erradicar la economía informal, ya que el incumplimiento de las leyes tributarias y la evasión fiscal no son las causas del problema sino sus consecuencias.

Otro de los aspectos estudiados de la economía pública formula como aspectos influyentes en la informalización de la economía, lo que tiene que ver con las condiciones socioeconómicas de un país. El aumento de la pobreza y el bajo índice de estudiantes permanentes en las esferas bajas de la población, contribuye a aumentar una economía informal, ya que al haber un incremento en la pobreza producto de la inflación, el poder adquisitivo de los ciudadanos merma y, por consiguiente, la persona busca mecanismos para poder subsistir. Las actividades de una economía informal están aglutinadas, en su mayoría, en el comercio, los servicios y el transporte. Los trabajadores informales están caracterizados por bajos niveles de escolaridad promedio y baja capacitación, siendo esto una desventaja en comparación con el sector formal.

FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA ECONOMÍA INFORMAL

Muchas han sido las causas que han dado lugar al crecimiento de la economía informal, pero dentro de las que han sostenido mayor incidencia en la sociedad pueden ubicarse cuatro factores: el desempleo, las migraciones, el contrabando y la inflación.

El desempleo es el factor que más ha originado la aparición de la economía informal debido a las pocas posibilidades de empleo que ofrecen los sectores formales de la economía. Los altos índices de desempleo provocan el desencadenamiento de un problema socioeconómico en donde está presente la “economía del buhonero” en ciudades de mayor desarrollo urbanístico. Se caracteriza por ser un tipo de actividad de venta al mayor o al detalle de diversos bienes en plena vía pública o en ciertos espacios urbanos (de manera ambulante o en establecimientos improvisados), sin el cumplimiento de los requisitos legales que el ejercicio de la actividad comercial requiere.

Un segundo factor que contribuye al desarrollo de la economía informal es el relacionado al proceso migratorio. Esta relacionado con el desempleo constituido por flujos migratorios, tanto de carácter nacional (que provienen de medios rurales en busca de mejores condiciones de trabajo), como de carácter internacional (que provienen de otros países latinoamericanos). Se origina un problema migratorio cuando los ciudadanos se encuentran atraídos por las posibles expectativas de poder encontrar un mejor trabajo que le brinde mejores satisfacciones y condiciones de vida.

El contrabando es otro de los factores desencadenantes de la economía informal, que consiste en la introducción en el país de mercancías procedentes del exterior, sin el cumplimiento de los trámites legales establecidos para una operación de esa naturaleza. Este desarrollo progresivo de la actividad del contrabando alienta su capacidad de distribución de mercancías (predominantemente de textiles, cigarrillos, bebidas alcohólicas, entre otros productos), dando lugar a la presencia de grandes flujos de personas dedicadas a este tipo de acto ilícito que afecta y que produce una serie de riesgos para el normal desenvolvimiento de la economía del país.

La Inflación también ha sido uno de los factores que tienen una mayor incidencia y de gran repercusión para la configuración de una economía informal. El crecimiento sostenido de los precios ha traído como consecuencia el desajuste y desequilibrio en los sectores económicos, que provoca la caída de importantes grupos empresariales. Estos sectores se ven en la imperiosa necesidad de realizar una reducción de personal para tener mayor producción y salir adelante, quedando un sin número de personas desamparadas que, al observar la realidad social, no tienen otra alternativa que dedicarse a la economía informal. La informalidad se convierte así en una vía de escape para satisfacer de esta forma las necesidades de vida.