Una cárcel es lo más parecido a una relación enfermiza. No te sientes cómodo en esa situación, pero no encuentras la forma de escapar de ella. Por fortuna, el anterior es sólo un ejemplo y, aunque resulta siempre difícil, sí hay maneras de salir de este tipo de relaciones.
Para ello, lo primero es identificar si se trata de una relación verdaderamente enfermiza.
El primer signo, según la psicóloga de pareja y familia Nathalie Bello, es la incapacidad de escapar de una situación de conflicto que no se soluciona.
Cuando te das cuenta que no puedes escapar de la relación, cuando empiezas a tener problemas: una pareja que no te da tu espacio, una pareja que no te apoya, una pareja que no te da confianza, que te engaña, que es abusiva contigo, estás viviendo una relación enfermiza, explica la psicóloga.
Se trata de una relación enfermiza aún cuando, estando en ese tipo de relación, encuentras ciertas justificaciones para no terminarla, como por ejemplo el temor a recomenzar la vida sin la compañía de la pareja, o a que su economía merme al faltar el apoyo del otro.
Ignorando la realidad. Las relaciones enfermizas se disfrazan de bondad, haciendo creer que las presiones de la pareja son simplemente demostraciones de amor. Y he aquí otro de los signos para reconocerlas: tu pareja comienza a hacer exigencias como impedir que te reúnas con ciertos amigos, que te cortes el pelo, que uses la ropa que te gusta o te aparta del círculo social al que pertenecías antes de conocerle.
Bello sostiene que ante esta situación muchas personas se engañan diciendo no, es que él (ella) me quiere mucho solo quiere que esté a su lado no quiere que yo trabaje. Entonces la pareja se adapta a este sistema.
Es muy difícil restaurar una relación que ya llegó a ese punto. No te voy a decir que es imposible, pero hay que ir a terapia. Por lo general, cuando la pareja decide separarse, esas relaciones no se salvan, asegura la psicóloga basándose en su experiencia.
El círculo vicioso. La recuperación de estas relaciones se hace difícil porque las actitudes se convierten en patrones de conducta. A partir de entonces la pareja entra a un círculo vicioso y engañoso.
Tras una situación de mucha tensión, el que ha faltado promete que cambiará y se esfuerza por un breve tiempo en mantener una nueva postura, pero pronto se desatará el problema que no se ha solucionado.
Bello considera que una relación enfermiza podría considerarse como una relación violenta, porque cuando a ti te humillan y te maltratan, cuando no te dejan tener tus libertades y espacios, están abusando de ti.
Camino a la recuperación. Las relaciones enfermizas se previenen. Por eso la especialista recomienda, en primer lugar, observar cómo se desenvuelve y no cegarse. Reconoce que toda relación implica sacrificio de ambas partes, pero si tu pareja te obliga a dejar algo que le molesta o te prohíbe cosas que para ti eran normales en otro tiempo hay que poner especial atención.
Tu personalidad, lo que es tu esencia, no tienes por qué cambiarla, dice.
La pareja se adapta, tú aceptas cosas del otro, pero ese otro también debe aceptar cosas de ti, recomienda Bello.
Las claves
1. Analiza
Observa fotos tuyas antes y después de la relación. Pregúntate ¿qué cosas hacía yo antes que ya no puedo hacer?
2. Corte radical
Si no se puede continuar la relación, la psicóloga recomienda alejarse de esa persona por un buen tiempo, porque volverá a ti tratando de convencerte y a prometerte cosas. Rodéate de personas que te refuercen la decisión que te has tomado
3. No consientas
Que haya hijos de por medio o que esa persona sepa hacer buenas cosas por ti no justifica que seas humillado/a o abusado/a. Analiza objetivamente la situación.
4. Esfuerzo de dos
Si deseas recuperar tu relación de pareja, es necesario que ambos asistan a terapia para que el experto les ofrezca las pautas necesarias. Esta relación no pueden resolverla solos.