Cada 31 de enero la República Dominicana conmemora el Día Nacional de la Juventud, como un esfuerzo para continuar enfatizando la importancia de brindar oportunidades que impulsen el desarrollo pleno de la población joven en el país que, de acuerdo a las proyecciones del Censo Nacional de Población y Vivienda (2010), constituyen el 33.2% de la población dominicana.
No obstante, el avance significativo que ha experimentado el país en materia de fortalecimiento de la población joven con una edad media de 28.15 años requiere que se incrementen los esfuerzos para continuar abriendo espacios para que la juventud tenga la oportunidad de materializar proyectos de vida que les permitan desarrollarse de manera plena. Esto es posible al afrontar y derribar las barreras que obstaculizan su desarrollo.
“Las juventudes son socios indispensables de la construcción de una sociedad justa e íntegra que busca conseguir la participación de todos y todas en los procesos de desarrollo y de toma de decisiones de nuestra nación”, sostiene Adrián Triunfer Ulloa, integrante del Panel Consultivo de Jóvenes (YAP), por sus siglas en inglés, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Lea: Jóvenes empresarios: perseverancia y valentía
El Día Nacional de la Juventud es una oportunidad para continuar luchando y derribar las barreras que impiden el pleno desarrollo de los y las jóvenes, así lo afirma la joven Liz Belkys Alcántara, miembro del YAP, agregando que es necesario reforzar “las acciones que nos permiten transformar lo inerte, porque si bien es cierto que la materia no se crea ni se destruye, no menos cierto es que podemos transformarlas”.
Embarazos y uniones tempranas: barreras para desarrollo de jóvenes
En República Dominicana el embarazo en la adolescencia y las uniones tempranas constituyen dos importantes barreras que impulsan a adolescentes y jóvenes a situaciones de vulnerabilidad evitables como las muertes maternas y neonatales, la deserción escolar y universitaria y la inserción laboral a destiempo.
Un 37.2% de las jóvenes dominicanas tienen uniones tempranas antes de cumplir los 18 años, lo que sitúa al país en segundo lugar en la región. Además, el país presenta una de las tasas de fertilidad adolescente más altas de toda América Latina con 94.3 nacimientos por cada 1000 adolescentes con edades entre 15-19 años. Así mismo, cumplidos los 17 años, ya 1 de cada 4 adolescentes ha iniciado una unión y 27% de estas ha reportado demanda insatisfecha de métodos de planificación familiar. En este sentido, República Dominicana ocupa el tercer lugar entre los países de América Latina y el Caribe con un aproximado de 22% de usuarias que descontinúan el uso de métodos anticonceptivos aun estando en situación de riesgo de tener un embarazo no intencional.
Es un hecho que el embarazo en la adolescencia genera pérdidas económicas ya que quienes se convierten en madres a temprana edad tienen una menor participación laboral. La Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT-2018) confirmó que los ingresos anuales promedios de las mujeres asalariadas de entre veinte y cincuenta y nueve años son más altos cuanto mayor sea el nivel educativo; este hecho es más evidente cuando las mujeres logran realizar sus estudios universitarios, ya que llegan a tener salarios tres veces más altos que las que solo alcanzaron primaria.
El estudio del UNFPA “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en adolescentes en la República Dominicana”, realizado aplicando la metodología MILENA 1.0 que ha sido usada por diferentes países de América Latina y el Caribe para estimar el impacto socioeconómico del embarazo y la maternidad adolescentes, indica que los embarazos no planificados, que suelen ocurrir en la adolescencia o etapas tempranas de la juventud, tienen un gran impacto en el desarrollo económico para el país que experimenta la pérdida de ingresos equivalentes a RD $12,151,000,000 (US $245,000,000). Pero al enfocarnos en quienes se convierten en madres y padres adolescentes en el país, encontramos que las cifras de la ENCFT-2018 indican que los ingresos anuales de las madres tempranas asalariadas y jefas de hogar fueron, en promedio RD$ 131,573.00, mientras que para las madres adultas fueron RD$ 165,267.16.
Considerando las edades y el nivel educativo que alcanzan adolescentes y jóvenes que tienen hijos e hijas a temprana edad, suele ser usual que las uniones y embarazos tempranos terminen en la deserción escolar.
Educación e inserción laboral limitada
El acceso a educación de calidad es vital para el crecimiento económico, por lo que cuando una persona adolescente o joven detiene sus estudios, sus probabilidades de insertarse en el mercado laboral disminuyen, lo que representa otra barrera que dificulta el pleno desarrollo de las juventudes.
El Plan Nacional de Juventudes 2030, impulsado por el Ministerio de la Juventud con la contribución del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), motiva a que se aplique el concepto SIN-SIN en sustitución de “NINIS” al referirse a las personas jóvenes SIN empleo y SIN educación, a fin de hacer un abordaje con enfoque de derechos y evitar la estigmatización que encierra la categoría “NINIS” que deposita la responsabilidad en el sujeto y no en sus condiciones de vida, su entorno y las brechas entre estos y el sistema de desarrollo.
20% de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, viviendo sin las competencias requeridas por el mercado de trabajo, y sin oportunidades para acceder a una vida digna y próspera, han experimentado el abandono escolar, así lo expresa la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT-2016), situación que disminuye sus niveles de calidad de vida.
Las juventudes enfatizan en que es necesario considerar que es vital tomar en cuenta la multiplicidad de las juventudes a la hora de crear políticas públicas que busquen garantizar sus derechos.
“La población joven dominicana, que representa el 33.2%, constituye una pieza importante para la toma de decisiones en y es trascendental en el movimiento del aparato productivo”, afirma, Sabdy Lemuel Guerrero Pimentel, integrante del YAP y nominado al Premio Nacional de la Juventud 2022.
La falta de oportunidades para insertarse en el mercado laboral es una de las principales causas citadas por jóvenes de 15 a 24 sin empleo, que en 2021 ascendían a 506,886, según datos de la ENFT. De esta población joven “Sin-Sin”, el 61.1% corresponde a las mujeres.
Las madres tempranas que son jefas de hogar enfrentan mayores niveles de desempleo (23.3%) que aquellas que lo fueron en la edad adulta. El estudio del UNFPA indica que la tasa de desempleo de las mujeres que fueron madres en la adolescencia fue 9.1%, mientras el de las madres adultas fue de 7.4%, lo que se traduce en una diferencia de 1,7 puntos porcentuales.
Ante esta realidad, sigue siendo imperante fomentar sociedades que reconozcan el valor de las mujeres adolescentes y jóvenes, y su derecho a la educación. Es también necesario incrementar el acceso de la población joven a oportunidades de educación y empleo, a fin de proveerles las herramientas para que tomen decisiones informadas sobre sus proyectos de vida.
“El impacto positivo en la población joven se traduce en el fortalecimiento de los espacios consultivos que nos vinculan, así como el potencial de los trabajos que toquen el tema juventud en las provincias, no solo promoviendo la participación y el liderazgo, sino también garantizando nuestra incidencia en los espacios de toma de decisiones. Porque la realidad es que somos más que capaces de abogar por nuestros derechos y hacer la diferencia, porque nada para las juventudes sin las juventudes”, manifiesta la joven Merfi Peguero, yapper del UNFPA.
Libel Jiménez enfatiza que la conmemoración del Día Nacional de la Juventud es también propicia para elevar la necesidad de la inclusión de las personas con discapacidad. “Necesitamos que se pongan en práctica todas las leyes y convenciones que le permitan a las personas jóvenes con discapacidad desarrollar todas sus capacidades y disfrutar de una vida plena y contribuir así con el crecimiento de una sociedad más inclusiva”, afirma Jiménez.
Asimismo, Juan Bautista Núñez, destaca la importancia de que las juventudes puedan tomar los espacios de participación y se motiven a ser parte del cambio a través de la unidad de criterios y el impulso de iniciativas, “para un solo cambio donde seamos más igualitarios, donde no dejemos a nadie atrás y donde abracemos nuestra diversidad para ser un solo ente de cambios por y para todos. La juventud es hoy, tracemos el presente para que disfrutemos todos juntos y felices del futuro”.