¿Cómo estar informado?

¿Cómo estar informado?

Con simpleza podría decirse que mantenerse informado hoy no es difícil. La razón es que se tiene acceso a muchas fuentes de manera fácil. Las 24 horas se nos sirven noticias de todas partes. Podemos leer y ver todos los medios de los cinco continentes. El Internet lo ha revolucionado todo, pues por él accesamos a CNN,  The New York Times, The Washington Post, El País, de España, los diarios de América Latina, Le Fígaro, de Francia, etcétera, etcétera. Pero es en este inmenso flujo de información donde está el problema.

¿Nos da el tiempo para ver, escuchar y leer tantas cosas? ¿Y qué hacer con los libros, novelas, ensayos y obras recién publicados? He trabajado con directores de  medios y he visto sus métodos: un televisor encendido, una montaña de periódicos a su lado, un escritorio lleno de libros, diarios recientes, artículos de Internet,  una computadora con los medios más importantes registrados en “favoritos” y un programa radial líder.

Se suma el teléfono y conversaciones con amigos que lo irritan con visitas y conversaciones repletas de palabras irrelevantes. Es una tarea titánica cotidiana. Basta con desconectarse un solo día para quedar en el limbo. Como vía de ayuda, hoy se imparten técnicas sobre cómo leer rápido. Los grandes comunicadores desarrollan la habilidad de valorar las informaciones por rango de importancia. Hasta en los libros se vuelan páginas sino cumplen con este requisito. No todo debe leerse, verse o escucharse.

Por eso los diarios usan las técnicas de lead y, sobre todo, la publicación sólo de lo relevante. En definitiva, vivir de la comunicación o, más aún, ser director de un medio importante es una de las responsabilidades más agotadora que pueda asumir un ser humano en cualquier sociedad del mundo.

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